¿Buscando destinos? Tarifas de hoteles en Buenos Aires siguen bajando por caída de turistas brasileños
En el primer semestre, la ocupación se contrajo un 3% y los precios de habitaciones en dólares por noche cayeron 1,5%.
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Los hoteles porteños continúan sin reactivarse. La llegada de extranjeros sigue en baja; los viajes corporativos aún no despegan y la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos por la inflación tampoco ayuda a impulsar el negocio por turismo interno en Buenos Aires.
En el primer semestre, la ocupación en hoteles de la capital cayó un 3%, a un promedio de 58,6%, según un informe de la consultora HVS, en base a datos de STR. En igual lapso del año pasado, la cifra había promediado un 60,4%, apenas por debajo de 2014, de 60,6%, según números también de STR.
Pero además, y debido a la menor ocupación, se redujeron las tarifas promedio en dólares, un 1,5%, a US$ 126,4 por noche, desde los US$ 128,3 del primer semestre de 2015 y los US$ 133,6 del mismo período de 2014.
Como consecuencia del menor registro y de las tarifas más bajas, se redujo también la rentabilidad de los hoteles porteños.
En este primer semestre, cayó un 4,4% el RevPar (el ingreso por habitación disponible) en dólares y se ubicó en US$ 74. El dato no es menor, ya que en los primeros seis meses de 2015 ya había caído otro 4,2% pasando de US$ 81 a US$ 77, según STR.
Razones para la caída
Las razones del menor desempeño son varias. En principio, cayó un 7% la llegada de turistas extranjeros al país en el semestre a través de Ezeiza y Aeroparque, según datos del Indec. “La situación en Brasil afecta mucho; la clase media de ese país dejó de viajar a Buenos Aires, y eso se nota en los hoteles de tres y cuatro estrellas, que dejaron de recibir brasileños. Y los que vienen gastan menos”, explicó Fernanda L’Hopital, directora asociada de la consultora hotelera HVS Sudamérica.
Tampoco levantan vuelo los viajes corporativos. “La incertidumbre política continúa; hay variaciones significativas en la economía, pero este año se espera una caída del PIB. El clima de negocios no cambió lo suficiente como para que se refleje en el turismo corporativo y en la ocupación de hoteles”, agregó.
Si bien en los últimos años los hoteles de tres estrellas no habían sido tan afectados por la caída del turismo internacional como los de cinco estrellas y los de lujo, ahora también ven disminuir su ocupación.
Además de la menor cantidad de viajes de los brasileños de clase media, también se redujeron las visitas a Buenos Aires de argentinos del interior del país, por la pérdida de poder adquisitivo en virtud de la fuerte inflación. “A los tres y cuatro estrellas además los afectó la caída de los clientes corporativos nacionales; las empresas no mandan ejecutivos o lo hacen menos días, al estar complicada la situación económica”, explicó L’Hopital.
La fuerte devaluación de diciembre había ayudado a mejorar los márgenes de los hoteles de cuatro y cinco estrellas, que son los que más dolarizadas tienen sus tarifas. Pero el beneficio no duró demasiado. “La devaluación favoreció a los hoteles, sobre todo a los de mayor categoría en Buenos Aires, que tenían sus tarifas en dólares, pero la fuerte inflación general más el aumento de los servicios comió casi todo ese margen ganado”, destacó L’Hopital.
Medidas en pesos, las tarifas crecieron 61,5% en el semestre, contra igual lapso de 2015, a un promedio de 1.837 pesos argentinos. Y el RevPar en pesos mejoró 56,7%, a 1.077, según STR.
Mejora en 2018
El sector volvería en 2018. “En 2017 podría mejorar la situación, pero creemos que una recuperación llegaría recién en 2018. Si la economía empieza a mejorar en 2017, los resultados se verán en 2018. El año próximo será complicado, Argentina tiene altos costos operativos. Los márgenes operativos son más bajos que en otros países. Si el gobierno da buenas señales a los inversionistas extranjeros puede haber inversiones. De a poco los inversionistas empezaron a consultar por Argentina, ahora al menos tienen interés en estudiar el mercado. Creemos que hay buenas perspectivas; el turismo es muy sensible, puede repuntar enseguida y, al no haber nuevos hoteles, los que ya están pueden sentirlo rápidamente”, destacó.