El ministro de Economía, Axel Kicillof (en la foto), se quejó ante la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la dura caracterización de Argentina que el organismo plasmó en su último Reporte Económico Mundial (WEO, sus siglas en inglés), en el que asimiló al país con Venezuela y sindicó que son las dos peores economías de la región.
En su primera participación como ministro en la asamblea de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM), en Washington, Kicillof mantuvo una charla con David Lipton, el estadounidense número dos del Fondo.
Según fuentes de la delegación argentina, Lipton manifestó la voluntad de trabajar juntos, a lo que Kicillof replicó que será difícil mientras el Fondo y el Gobierno tengan dos visiones tan distintas del país.
El ministro se quejó en particular de la estimación de crecimiento para 2013 (4,3%), a la que calificó de errónea. La contrastó con el 3% que sindicó el Indec en su nueva medición de PBI. De todos modos, se trata de una cifra más bien equiparable a la vieja medición, que hasta septiembre marcaba una expansión del 5,3%.
Las comparaciones son odiosas
Pero fue la comparación con Venezuela, la crítica del Fondo a las políticas de controles de precios, divisas y comercio exterior y el pedido de un ajuste por las buenas lo que más irritó al Gobierno. Así lo asentó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich el miércoles y se lo reiteró Kicillof a Lipton.
Kicillof también mantuvo conversaciones con Alejandro Werner, responsable del Fondo para el Hemisferio Occidental. Con él hablaron del tema estadístico. El FMI aplicó una moción de censura al país por sus deficientes estadísticas oficiales y reclamó nuevos indicadores para marzo.