Alejandro Fargosi, ex consejero de la Magistratura, fue uno de los principales impulsores de la convocatoria que la semana pasada copó las escalinatas del Palacio de Tribunales para resistir la ofensiva del gobierno argentino contra el Poder Judicial.
El 17 de junio, el Congreso, de mayoría oficialista, aprobó una nueva ley para la nominación de jueces subrogantes. Bajo esa normativa, el Consejo de la Magistratura, también dominado por el kirchnerismo, removió al juez subrogante Luis María Cabral, que tenía en sus manos un caso clave para el gobierno, relacionado con las negociaciones entre la Casa Rosada e Irán, y designó en su lugar a un representante afín a la actual administración.
- ¿Cómo evaluó la marcha por la independencia de la Justicia?
- Mi cálculo es que hubo entre 8.000 y 10.000 personas. Para un tema tan institucional como éste, creo que fue un éxito. La gente cree que la independencia de poderes es algo que no les rebota y no percibe que, por ejemplo, la sangrienta presión impositiva que tiene la Argentina es porque los jueces amigos no la invalidan.
- ¿Hace falta mayor compromiso opositor frente al avance K sobre la Justicia?
- Había muchos representantes de la oposición en la marcha. Lo que pasa es que decidieron no protagonizar el acto y estuvieron todos en la base del escenario. Reclamar por la independencia de la Justicia es algo que tiene que hacer toda persona cuerda, porque una Justicia dependiente, tarde o temprano, le pasa la cuenta al que la hizo dependiente. Lo mejor que le puede pasar a un político es un juez incorruptible, porque lo va a juzgar legítimamente. Si no, tarde o temprano, la cuenta la paga, apenas pierde el poder, tiene que hacerse cargo.
- A menos que se cubra por anticipado, como está haciendo el kirchnerismo.
- Pero, ¿con quién se va a cubrir? Son demasiado optimistas, porque la lealtad de una persona incorrecta no dura.
- ¿Cómo opera el mecanismo oficial en el Consejo de la Magistratura para domesticar a la Justicia?
- El consejo tiene una mayoría de siete miembros con la que el kirchnerismo no puede nombrar ni remover jueces, pero puede hacer todo lo demás. Ahora, con la ley 27.145, puede remover jueces subrogantes, que son como el 25% de la plantilla, muchísmo. ¿Qué hace? Primero puede impedir que se formen ternas, o demorar los procesos de los concursos o proponer candidatos que la oposición no podría votar nunca porque son inaceptables. De esa manera, mantiene la vacante. Después de eso hay un subrogante y considera que tiene derecho a removerlo, lo cual es una barbaridad. Y con esa ley inconstitucional designa a dedo, no a un juez, que es lo lógico, sino a un abogado amigo.
- ¿El gobierno viene teniendo éxito en copar la Justicia?
- Antes había tratado y había fracasado. Ahora, con esta ley fueron a los hechos, directamente la aplicaron. Por eso es absolutamente imperativo que la Justicia imponga la Constitución y sepa defenderse a sí misma. Los jueces tienen estabilidad, todos, titulares y subrogantes; lo dice la Constitución y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
- Los funcionarios judiciales afines al kirchnerismo, ¿qué proporción ocupan dentro del Poder Judicial?
- Es muy baja, no nos tenemos que olvidar del factor miedo. El kirchnerismo tiene una característica, y es que como permanentemente manda el mensaje de que quien se enfrente a ellos u desobedece es inmediatamente eyectado o castigado, aparenta tener una cantidad de seguidores y que en realidad lo está haciendo por miedo. Si no se afilian a La Cámpora no consiguen que los nombren.
- Esta avanzada sobre la Justicia, ¿tiene que ver con garantizarse impunidad?
- Lo de la impunidad es clave, pero, además, el kirchnerismo ha sabido vender a ciertos adherentes la imagen de que son progresistas. Ese supuesto progresismo lo que esconde es un desprecio absoluto por el sistema. Ellos no creen en el sistema legislativo, y por eso dominan con brazo de hierro el Congreso, no hay ningún tipo de debate. Y con la Justicia, no nos olvidemos que el kirchnerismo la viene atropellando desde 1987. No pueden convivir con un sistema judicial independiente porque los pone en riesgo, les pone límites.
- ¿Vamos por el camino venezolano?
- Si no paramos la ofensiva a la Justicia terminaremos convertidos en Venezuela. Por eso es importante actos como el del martes. Hace falta que todos nos potenciemos y por eso hay que ir.