Reserva Federal llegará a cita clave sin el fantasma de la crisis fiscal

La Cámara de Representantes de EEUU aprobó el jueves por la noche sin dificultades el proyecto de acuerdo presupuestario.

La rápida tramitación contrasta con la batalla legislativa que se vivió en octubre en el Congreso entre republicanos y demócratas y que terminó en el cierre de las oficinas públicas durante 16 días.

La última votación ha dado señales de un radical cambio en el clima del Capitolio, hacia una nueva era de mayor colaboración.

Ahora, el debate pasará mañana al Senado, pero se prevé que al igual que en la instancia anterior, tendrá una rápida aprobación, aseguró el líder de la mayoría de la cámara alta, Harry Reid.

El nuevo presupuesto, además, tendrá una vigencia de dos años, lo que asegura un amplio horizonte de estabilidad en el ámbito fiscal.

El debate en el Senado coincidirá con la última reunión de política monetaria de este año de la Reserva Federal, que concluirá el miércoles, donde el banco central de EEUU analizará un eventual retiro de su plan de estímulo, que contempla compras de bonos por US$ 85 mil millones mensuales.

Aunque no es seguro que la Fed inicie su estrategia de salida en la cita de diciembre, el cambio en el panorama del Congreso despeja los obstáculos en la vía.

Tras el colapso de la discusión fiscal en octubre, las minutas de la Fed revelaron que el banco central decidió en esa oportunidad aplazar el retiro de estímulo ante el impacto que un eventual default técnico de EEUU podría tener sobre la economía, un riesgo que ahora prácticamente ha desaparecido.

Aprobación de la Cámara


El principal factor que ha contribuido al cambio en el ambiente del congreso es el debilitamiento en la influencia del Tea Party, como se conoce a la facción más extrema de los republicanos, y que pese a ser un sector pequeño, estaba ejerciendo una fuerte presión sobre el resto del partido. El vocero de la Cámara de Representantes, John Boehner, apuntó el jueves directamente contra el Tea Party, acusándolo de trabajar en contra de los intereses del partido republicano.

Llamando al grupo “engañoso” y sin “credibilidad”, Boehner calificó el acuerdo bipartidista en su último día legislativo de 2013, como una suerte de “terreno común” que debería cimentar un nuevo camino para el trabajo del Congreso.

La cámara baja aprobó el presupuesto con una contundente mayoría de 332 votos a favor y 94 en contra, enviando una potente señal de que terminó el ciclo de crisis presupuestaria que ha sido el flagelo de Washington por los últimos tres años.

El presupuesto de gasto discrecional incorpora recursos para agencias de gobierno y para el Pentágono. El total del financiamiento será de 
US$ 1,01 billón (millón de millones) por año hasta 2015.

Beth Ann Bovino, economista jefe de S&P en EEUU coincidió al señalar que “el presupuesto reducirá un riesgo clave, la incertidumbre política”. “El sector privado probablemente tendrá más confianza cuando planee sus inversiones y gastos para el próximo año, lo que directamente impulsará el crecimiento”, agregó.

Con la aprobación de este presupuesto se reducirá el déficit entre US$ 20 mil millones y US$ 23 mil millones.