La dimisión de Jacinda Ardern indica un aún lento progreso para las mujeres
La sorpresiva renuncia de la Primera Ministra de Nueva Zelanda es una gran pérdida para el reducido club de mujeres líderes de todo el mundo.
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La sorpresiva renuncia de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, es una gran pérdida para el pequeño club de mujeres líderes de todo el mundo.
Aunque otras mujeres dirigen países más grandes, Ardern era una de las jefas de gobierno de más alto perfil y un faro para muchas feministas de todo el mundo. Se convirtió en la jefa de gobierno más joven cuando asumió el cargo en 2017, a los 37 años. También fue la segunda mujer en dar a luz a un hijo en el cargo, después de la ex Primera Ministra de Pakistán Benazir Bhutto, y la primera en tomarse una baja por maternidad.
Había unos 28 países en los que las mujeres ejercían de Jefas de Estado y de Gobierno, entre ellas la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, la tanzana Samia Suluhu Hassan y Dina Boluarte, Presidenta de Perú, según datos de la ONU a 19 de septiembre.
Tras la emotiva dimisión de Ardern, algunas mujeres de Nueva Zelanda y otros países llamaron la atención sobre el torrente de abusos que sufrió durante sus seis años como Primera Ministra. "Jacinda se ha enfrentado a un nivel de odio y vitriolo que, según mi experiencia, no tiene precedentes en nuestro país", declaró el jueves la ex Primera Ministra neozelandesa Helen Clark.
Las amenazas de violencia contra Ardern casi se triplicaron de 2019 a 2021, informó The Guardian en junio. Las mujeres que ocupan altos cargos políticos suelen denunciar que son acosadas con más frecuencia y agresividad que los hombres; una investigación de la Universidad de Princeton estima que las mujeres que ocupan cargos políticos locales son objeto de ataques 3,4 veces más que sus compañeros varones.