El Parlamento británico ratificó hoy el
Tratado de Lisboa al superar el texto su último trámite en la Cámara
de los Lores, seis días después de ser rechazado en referéndum en la
vecina Irlanda.
Tras el visto bueno en los Comunes en marzo pasado, el proyecto
de ley necesario para la ratificación recibió su tercera y última
lectura en la Cámara de los Lores sin votación y está a la espera de
recibir el consentimiento real de Isabel II, lo que podría
producirse en las próximas 24 horas.
De esta forma, el primer ministro británico, Gordon Brown, podrá
acudir con el proceso de ratificación parlamentaria concluido a la
cumbre de la Unión Europea (UE) de este jueves y viernes en
Bruselas, que estará dominada por el "no" irlandés al Tratado.
El Reino Unido se convierte así en el décimo-noveno país de la
Unión en aprobar, en el Parlamento y no con un plebiscito, el texto,
que sustituye a la fallida Constitución europea rechazada por
franceses y holandeses en referéndum en 2005.
Los siete países que aún no han concluido ese proceso son la
República Checa, Suecia, Chipre, Italia, España, Holanda y Bélgica.
Desde que se conoció el pasado viernes el resultado del
referéndum irlandés se han multiplicado los llamamientos de los
responsables europeos para que continuara la ratificación
parlamentaria en los países en que todavía no había terminado.
La aprobación fue posible después de que los Lores rechazaran una
una enmienda de los conservadores para retrasar al menos hasta
octubre el último trámite parlamentario.
La Cámara Alta del Parlamento británico rechazó la propuesta,
presentada por el portavoz conservador de Asuntos Exteriores, Lord
Howell de Guilford, por 277 votos contra 184, gracias a la oposición
tanto de laboristas como de liberales demócratas.
El promotor de la enmienda pretendía que la tercera y última
lectura del Tratado en los Lores, prevista para hoy, no se celebrara
al menos hasta el 20 de octubre, para permitir al Parlamento
"considerar la respuesta más apropiada al cambio de circunstancias y
a las incertidumbres creadas" tras el "no" irlandés.
Este retraso también tenía como objetivo permitir estudiar qué
enmiendas era necesario considerar "en detalle" debido a ese cambio
de circunstancias.
En el debate previo a la votación, Lord Howell abogó por que el
Gobierno de Londres no siga adelante con la ratificación del Tratado
tras su rechazo por los votantes irlandeses.
Por el contrario los liberales demócratas, tercera fuerza
política del país y europeístas, consideraron la enmienda de los
"tories" "un ingenioso ardid" para bloquear la aprobación
parlamentaria y la implementación del Tratado, así como para
debilitar el compromiso del Reino Unido con la Unión Europea (UE).
Durante la sesión parlamentaria de hoy, varios partidarios de un
referéndum sobre el Tratado en el Reino Unido fueron expulsados de
la galería pública de la Cámara de los Lores tras manifestar sus
opiniones durante el debate.
El Gobierno británico ha insistido una y otra vez en seguir
adelante con la tramitación parlamentaria del Tratado de Lisboa a
pesar de que la oposición ha reclamado de forma reiterada dar por
"muerto" ese texto.