El presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, dijo hoy que la prioridad del Gobierno es
combatir la inflación, que se ha acelerado como consecuencia del
aumento de los precios de los alimentos y del petróleo, pero sin
afectar el crecimiento económico.
Lula manifestó su preocupación con la inflación al recibir en la
Bolsa de Valores de Sao Paulo un homenaje por el aporte de su
política económica al proceso que llevó a dos agencias calificadoras
de riesgo a elevar a Brasil al estatus de "grado de inversión", es
decir de país seguro para inversores extranjeros.
"El control de la inflación será prioridad en nuestro Gobierno y
tenemos instrumentos para eso. Vamos a controlar la inflación, pero
también a mantener el crecimiento sustentable", aseguró el
gobernante ante los operadores del mercado de valores.
Según Lula, la política monetaria del Banco Central garantiza
"que la inflación se mantenga dentro de un intervalo especificado
por el Gobierno y que eventuales y puntuales aumentos sean
corregidos lo más rápido posible sin perjudicar el ritmo sustentable
de expansión de nuestra economía".
En ese sentido aseguró que es necesario hacer frente a problemas
de corto plazo que vienen presionando los precios, como el aumento
de las cotizaciones internacionales del petróleo, de los minerales y
de algunos alimentos.
"Mirando más allá de las turbulencias confío en que Brasil puede
enfrentar la actual ola inflacionaria mundial y seguir en el rumbo
del desarrollo económico y social", afirmó.
Según cifras divulgadas la semana pasada por el Gobierno, la
inflación en mayo fue del 0,79%, el triple que la del
mismo mes del año pasado.
El acumulado en los cinco primeros meses del año saltó hasta el
2,88%, más de un punto porcentual por encima de la medida
en el mismo período de 2007 (1,79%), y puso en jaque la
meta del Gobierno de cerrar el año con una inflación del 4,5%.
Los economistas prevén que Brasil cerrará 2008 con una inflación
cercana al 5,8%, incluso aunque consiga frenar la actual
subida del precio de los alimentos.
Para hacer frente a esa situación, el Banco Central subió la tasa
básica de interés en los dos últimos meses, hasta el 12,25%, prácticamente la mayor en términos reales en el mundo.
Esa subida amenaza el ritmo de crecimiento económico brasileño,
que en el primer trimestre de este año fue del 5,8%.
La meta del Gobierno para este año es un crecimiento del 5%, tras haber alcanzado una expansión del 5,4% el
año pasado, la mayor en la última década.
Lula aseguró que su objetivo es garantizar un crecimiento
sustentable de la economía de por lo menos diez años y que, por ese
motivo, intentará que la política para combatir la inflación no
afecte la expansión del Producto Interior Bruto (PIB).
Sobre el grado de inversión, motivo del homenaje hoy en la bolsa,
Lula aseguró que, en lo referente al mercado de capitales, Brasil
dejó de ser una provincia para convertirse en una potencia.
"No queremos ser los primeros, pero que entiendan que el mercado
de capitales brasileño es uno de los resortes del crecimiento del
país", dijo.
Se refirió con ironía a los críticos que aseguraban que, tras su
elección en 2002, el índice Ibovespa de la bolsa caería por debajo
de los 20.000 puntos, y recordó que este mes ese indicador alcanzó
un récord de 73.780 unidades, tras lo cual bajó hasta las cerca de
67.000 de hoy.