El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, atribuyó
el actual alza de los precios de los alimentos en el mundo a los subsidios que
los países ricos conceden a sus agricultores.
Lula, en su programa semanal de radio, anticipó que
aprovechará su participación en la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad
Alimentar Mundial de la FAO, el martes próximo en Roma, para exigir nuevamente
el fin de los subsidios de los países ricos.
"Es importante que comencemos a establecer una
estrategia para mejorar la producción de alimentos y, sobre todo, acabar con
los subsidios en la agricultura de los países más ricos, que prácticamente
hacen inviable que el mundo pobre, sin incentivo para producir, le venda comida
a Europa", dijo el jefe de Estado en el programa radial "Desayuno con
el presidente.
"Si conseguimos eso, estaremos creando las condiciones
para que los alimentos vuelvan a ser accesibles", agregó.
Según el gobernante brasileño, la crisis de los alimentos ya
afecta a países como Chile, China, EEUU y Brasil, además de todo el continente
europeo, y, para que los precios vuelvan a ser accesibles, es necesario
finalizar con urgencia la Ronda de Doha de la Organización Mundial
del Comercio (OMC) para poner fin a los subsidios.
"Que los países ricos renuncien a los subsidios que le
dan a sus agricultores; que EEUU disminuya los subsidios. Ahí sí los países
pobres van a sentirse motivados para producir más alimentos para comer y para
vender", afirmó.
Aseguró que varios países pobres tienen tierra, agua y sol
para aumentar su producción agrícola, pero que no lo hacen ante la
imposibilidad de competir con productos subsidiados por los países ricos.
El gobernante brasileño, que se encuentra desde el sábado en
Roma exclusivamente para participar en la Conferencia de la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha dicho que su
objetivo es evitar que los países pobres sean responsabilizados por el actual
aumento de los precios de los alimentos.
De acuerdo con el ex líder sindical brasileño, 854 millones
de personas duermen con hambre todos los días en el mundo y es necesario que
los líderes reunidos en Roma se movilicen para que nadie "le eche la culpa
del alto precio de los alimentos a los países pobres de nuevo".
El gobernante brasileño aseguró que, además de los subsidios
a la agricultura, el nivel récord de las cotizaciones del petróleo también
contribuye para presionar los precios de los alimentos.
"Son cosas que muchos no quieren discutir pero que
exigen una respuesta inmediata", afirmó el presidente brasileño al
referirse a la subida de los precios del petróleo y su consecuente efecto sobre
las tarifas de transporte y sobre los precios de los fertilizantes.
Lula también aprovechó su programa semanal de radio para
destacar la decisión de la semana pasada de la agencia Fitch de
otorgarle el "grado de inversión" a Brasil, lo que convierte al país
en seguro para los inversores, y aclarar que eso demuestra que "la
economía brasileña está en el camino correcto".
"El hecho de Brasil ser reconocido por una segunda agencia como
grado de inversión (ya lo había hecho la agencia Standard
& Poor's) demuestra que estamos acertado en la política fiscal, demuestra
que estamos acertando en a la política de inversión", dijo.