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Las insólitas historias detrás de ejecutivos exitosos

Para algunos hombres de negocios, la fortuna aparece a través de caminos inesperados, lejos de los centros financieros. Estos son cuatro casos de emprendedores cuyas historias no se ajustan al modelo tradicional.

Por: | Publicado: Viernes 15 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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El magnate que sobrevive con apenas US$ 20 al día

El hombre más rico de China tiene un secreto. La clave de su éxito está en la frugalidad. Como miembro del Partido Comunista, Zong Qinghou es enemigo de las ostentaciones. Sus gastos diarios no superan los US$ 20 en promedio.
El dueño y fundador de Wahaha, la tercera productora de jugos y refrescos de China, almuerza en el casino de su propia empresa, no bebe, ni juega golf, un pasatiempo cada vez más popular entre la emergente clase de millonarios chinos. Y mucho menos pensar en las apuestas. “Gasto menos que mis empleados, simplemente porque no tengo tiempo”, explica el empresario, que tiene una cama en su oficina para esas noches en que se queda trabajando hasta muy tarde.

Filosofía de negocios
Pero la austeridad con que conduce su vida no es sólo una anécdota personal. Es la filosofía con la que maneja su compañía. En 1987, Zong consiguió un préstamo para comprar lo que entonces era un pequeño negocio de helados de agua y refrescos, y lo convirtió en un imperio que este año proyecta vender más de US$ 10.700 millones.

La compañía tiene 7,2% del mercado chino, por sobre Pepsi, que controla 6,6%. Sólo es superado por Coca Cola, con 17,2% y Tingyi Holding, una compañía que tiene su sede en las Islas Caimán.

Su objetivo ahora es conseguir que la compañía se ubique entre las 500 más grandes del mundo y para eso se ha fijado un plazo de tan sólo cinco años. El propio Zong saltó del puesto 63 en la lista de millonarios chinos de Forbes en 2007 a liderar el ranking en 2010.

Llegó la hora de gastar
Para conseguirlo, Zong ha puesto su foco en el control de gastos. Shang Yang, un ex director de marketing de Wahaha, contó a Bloomberg que el fundador revisaba personalmente cada detalle de los gastos, e incluso recuerda haberlo visto verificar el costo de un escobillón.

Esta obsesión por el control de gastos no es sólo una manía. Gracias a esta política ahora Wahaha cuenta con una caja de efectivo por US$ 2.000 millones, que usará para financiar su próxima etapa de expansión.

Y el siguiente paso será el retail. Zong planea construir cien tiendas por departamentos y supermercados en todo el país. Esto le permitirá incrementar las ventas del grupo en cerca de
US$ 10.500 millones, pero además contribuirá a extender la red de distribución de Wahaha. Para ello usará la misma estrategia que utilizó Mao Zetung durante la revolución, evitando las grandes ciudades de la costa, cuyos mercados ya están completamente copados, y concentrará su apuesta en las localidades más pequeñas del interior del país.

Hijo de un estafeta de una oficina pública, Zong comenzó su vida laboral a los 14 años precisamente trabajando en faenas agrícolas, y confía en que su profundo conocimiento sobre la vida en estas regiones le va a facilitar concretar su estrategia.

Un explorador octogenario de millones de tesoros

El hombre que ha descubierto los mayores yacimientos en el mundo se define como un cazador de tesoros profesional. Es quien descubrió Minera Escondida hace casi tres décadas y ha hecho una fortuna explorando vetas minerales en todo el mundo.

La carrera de David Lowell, geólogo de 82 años, abarca sesenta años y 44 países. Ha hecho catorce de los mayores hallazgos mundiales, incluyendo el depósito de cobre más grande del planeta. El estadounidense revolucionó la exploración minera y desenterró metales que ayudaron a EEUU a construirse como la mayor economía mundial, aparte de brindarle miles de millones a los inversionistas.

Comenzó desde los siete años a explorar yacimientos mineros junto a su padre. En 1957 consiguió su master en geología de la Universidad de Palo Alto en California y desde entonces ha sobrevivido desde ataques de osos en Canadá hasta un choque en helicóptero en Perú. Fue nombrado el Mayor Explorador del Mundo en 2002.

Pese a acumular riquezas de todas las vetas que exploró, sólo en 1992 comenzó a aprovechar sus descubrimientos, administrando yacimientos y sacando mayores rendimientos de sus hallazgos. En 1995 vendió Arequipa Resources, con la que explotó oro en la cordillera peruana, a Barrick por US$ 790 millones.

Cuando tenía 72 años, en una selva ecuatoriana llena de serpientes, encontró uno de los depósitos de cobre más grandes en Latinoamérica. Le costó una costilla rota y un golpe de cabeza, pero luego vendió por US$ 652 millones su participación en la exploración e incluso mantuvo un porcentaje para sí. También vendió Perú Copper en 2007, a Aluminum Corp por
US$ 810 millones, tres veces el valor que había conseguido tres años antes cuando abrió la empresa en bolsa.

Actualmente está al mando de Lowell Mineral Exploration y CIC Resources, a través de la cual hace la exploración del que sería el mayor yacimiento de titanio en el mundo, en Paraguay.


De Windows al desarrollo de la cocina modernista

Nathan Myhrvold, un estudioso de las matemáticas, la geofísica y la física espacial, construyó una carrera profesional que lo ha llenado de elogios y que lo han situado entre los grandes de la ciencia. Después de trabajar con Stephen Hawking, aterrizó en Microsoft para hacerse cargo del desarrollo de Windows. Pero tras trece años de trabajar para Bill Gates, decidió dejarlo todo y se dedicó a lo que lo apasionaba desde niño: la cocina. Se abocó a escribir “Cocina modernista: El arte y la ciencia de la cocina”, un libro de 2.400 páginas en el que habla de técnicas culinarias, pero explicándolas desde una perspectiva física y molecular. Con tan sólo nueve años, Myhrvold decidió ingresar al mundo culinario al preparar la cena de Acción de Gracias para toda su familia. En los ‘90, cuando estaba en Microsoft, asistió a la renombrada Cuisine La Varenne en Borgoña, Francia, para luego convertirse en uno de los defensores de chefs modernistas como Heston Blumenthal y el reconocido cocinero español Ferrán Adriá, cuyas técnicas innovadoras y deconstructivistas combinaban las dos pasiones de Myhrvold: la ciencia y la comida. Pero no había libros que explicaran los métodos de cómo se hacen y cómo funcionan los platos, lo que lo llevó a dedicarse a desarrollar los códigos que entregaban las respuestas.

Entre dinosaurios y azufre
En 2007, en medio de la organización de expediciones para buscar fósiles de dinosaurios y la elaboración de propuestas para bombardear la estratósfera con azufre para contrarrestar el calentamiento global, Myhrvold creó Cooking Lab, dedicado principalmente a la producción y documentación de la cocina modernista. Contrató a docenas de cocineros, escritores, editores, fotógrafos y diseñadores y los desplegó en lo que podría ser la cocina más sofisticada del planeta, con evaporadores rotatorios, una prensa hidráulica de 100 toneladas y una soldadora ultrasónica, entre otros cientos de gadgets. “No ganaré ningún premio de diseño, pero en términos de equipamiento y ciencia ésta es la mejor cocina”, acotó.

Reinterpretaciones de recetas clásicas
“Cocina Modernista” ofrece una visión de la gastronomía molecular y, básicamente, de cómo opera su cerebro. Incluye recetas que quienes cocinan en sus casas habitualmente quizás nunca lleguen a comprender, como una que hace lucir a la sandía como carne u otra que transforma a la yuca en algo que parece carbón. También entrega reinterpretaciones únicas de platos clásicos: los lectores pueden aprender una receta para preparar macarrones con queso en base a cerveza de trigo, nitrato de sodio y un componente proveniente de una gelatina de una alga roja.

Las sorprendentes fotografías que aparecen en los seis volúmenes que conforman el libro se intercalan con gráficos y tablas asimilables a un texto de estudio de cálculo avanzado, algo que Myhrvold consideró inevitable.

Oro y felinos: las grandes pasiones de un millonario

Thomas Kaplan es un hombre tan culto como excéntrico. Estadounidense, de 47 años, se educó como historiador en Oxford y escapa del típico perfil de un businessman de Wall Street. El multimillonario profesa un gigantesco amor por los felinos y el oro y, de hecho, declaró el año pasado que para su sorpresa el oro es difícil de vender, porque la percepción convencional es que el precioso mineral es para los primitivos. Para Kaplan, “esa irrisión” le demuestra que seguimos en una burbuja, porque el mercado aún no se ha tornado verdaderamente optimista con respecto a esta materia prima.
No resulta extraño entonces que el presidente de Tigris Financial posea 18% de Gabriel Resources, compañía que explora el que sería el mayor depósito aurífero europeo, en las colinas de Transilvania. Sin embargo, en aquella región el desempleo llega a cerca de 80% y se han levantado protestas ciudadanas, que se han extendido por cerca de una década, aludiendo a los daños ambientales que provocan las exploraciones de este tipo.
Esto significa un dilema para Kaplan, ya que tiene una fuerte convicción en salvar al planeta del daño medioambiental.

Convicción ambiental
En 2006 Kaplan creó la organización sin fines de lucro Panthera, enfocada en preservar la vida de grandes felinos salvajes. No obstante, su otra gran pasión, la minería, se contrapone fuertemente con este ideal.

Con respecto a los activistas en Transilvania, el empresario se defiende diciendo que el área ha sido devastada por siglos de minería y que el río “literalmente corre rojo por el sulfuro”. Kaplan ya había lidiado con la exploración sustentable cuando a través de la empresa Apex Silver Mines exploró plata en Bolivia e invirtió US$ 12 millones para relocalizar una población entera de 200 personas.

En 2010 Kaplan admitió que de escoger entre los negocios y la conservación, elegiría esta última, porque ha conservado mucho más de lo que ha interrumpido.

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