Internacional
Gobierno de Portugal cae tras rechazo de plan de ajuste y rescate europeo es inminente
Hoy se inicia una cumbre de líderes europeos, donde se espera que se retrase hasta junio la ampliación del fondo de rescate.
Por: | Publicado: Jueves 24 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Isabel Ramos Jeldres
Se agrava la crisis de deuda soberana de la eurozona. El primer ministro portugués José Sócrates informó al país que presentó su renuncia, luego de que el parlamento rechazara el plan de austeridad propuesto por el gobierno. Ahora, la posibilidad de un rescate internacional se hace inminente.
Sócrates, que tenía la minoría en el Congreso, se había mostrado dispuesto a negociar las medidas de ajuste con la oposición, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
La diferencia entre los bonos portugueses y alemanes a diez años se amplió ayer 16 puntos base a 439 puntos base, mientras que el rendimiento de los bonos a cinco años alcanzó durante la jornada su máximo desde la creación de la zona euro en 1999.
Al iniciar el debate parlamentario, el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, advirtió que el rechazo de las medidas de ajuste “provocará un alza inmediata en el riesgo del país y consecuencias inmediatas en términos de calificación de crédito”.
Si el Parlamento no aprueba el plan, “eso significaría una crisis política. Según entiendo, la consecuencia de una crisis política es el empeoramiento de los riesgos financieros de nuestra economía y eso conduciría a Portugal a pedir una intervención externa”, anticipó Sócrates la semana pasada.
De solicitar el rescate, Portugal se convertirá en el tercer país europeo en recurrir a la ayuda externa, después de Grecia e Irlanda.
Reacción europea
El euro cayó frente al dólar por segundo día consecutivo, por el nerviosismo de los inversionistas ante la votación en el Parlamento.
La caída del gobierno luso llegó un día antes de que se inicie la cumbre de líderes de la Unión Europea, que se extenderá hasta mañana, y donde se espera que se acuerde retrasar hasta junio la ampliación del fondo de rescate para países con problemas de solvencia.
Las autoridades europeas están comprometidas a expandir la capacidad de préstamos de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera a 440 miles de millones de euros (US$ 622 mil millones), pero aún no se aúnan las posiciones dentro del bloque.
Antes de que se conociera el resultado de la votación, el gestor de fondos en jefe de Pimco, Bill Gross, dijo a través de Twitter que Portugal “empieza a parecerse más a Grecia e Irlanda”, en clara referencia a la creciente posibilidad de un rescate.
“El núcleo de los problemas económicos de Portugal se encuentra en el bajo crecimiento de la productividad. La brecha de competitividad con sus socios de la Unión Europea, en torno a 15%, sigue siendo considerable”, había advertido Barclays.
BCE fue cauto
Los rumores de que el rescate a Portugal sería inminente habían aumentado en los últimos días, luego de que el Banco Central Europeo no hiciera esfuerzos por contener el aumento de los rendimientos de las naciones más endeudadas de la región.
“Al mantenerse fuera del mercado, el BCE dejó claro a Bruselas que este es un problema que ellos deben resolver”, aseguró a Bloomberg el economista jefe para Europa de Jefferies International, David Owen. “Este es un problema fiscal que debería ser afrontado por políticos, no por un banco central cuyo mandato es administrar la política monetaria”, agregó.
Se agrava la crisis de deuda soberana de la eurozona. El primer ministro portugués José Sócrates informó al país que presentó su renuncia, luego de que el parlamento rechazara el plan de austeridad propuesto por el gobierno. Ahora, la posibilidad de un rescate internacional se hace inminente.
Sócrates, que tenía la minoría en el Congreso, se había mostrado dispuesto a negociar las medidas de ajuste con la oposición, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
La diferencia entre los bonos portugueses y alemanes a diez años se amplió ayer 16 puntos base a 439 puntos base, mientras que el rendimiento de los bonos a cinco años alcanzó durante la jornada su máximo desde la creación de la zona euro en 1999.
Al iniciar el debate parlamentario, el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, advirtió que el rechazo de las medidas de ajuste “provocará un alza inmediata en el riesgo del país y consecuencias inmediatas en términos de calificación de crédito”.
Si el Parlamento no aprueba el plan, “eso significaría una crisis política. Según entiendo, la consecuencia de una crisis política es el empeoramiento de los riesgos financieros de nuestra economía y eso conduciría a Portugal a pedir una intervención externa”, anticipó Sócrates la semana pasada.
De solicitar el rescate, Portugal se convertirá en el tercer país europeo en recurrir a la ayuda externa, después de Grecia e Irlanda.
Reacción europea
El euro cayó frente al dólar por segundo día consecutivo, por el nerviosismo de los inversionistas ante la votación en el Parlamento.
La caída del gobierno luso llegó un día antes de que se inicie la cumbre de líderes de la Unión Europea, que se extenderá hasta mañana, y donde se espera que se acuerde retrasar hasta junio la ampliación del fondo de rescate para países con problemas de solvencia.
Las autoridades europeas están comprometidas a expandir la capacidad de préstamos de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera a 440 miles de millones de euros (US$ 622 mil millones), pero aún no se aúnan las posiciones dentro del bloque.
Antes de que se conociera el resultado de la votación, el gestor de fondos en jefe de Pimco, Bill Gross, dijo a través de Twitter que Portugal “empieza a parecerse más a Grecia e Irlanda”, en clara referencia a la creciente posibilidad de un rescate.
“El núcleo de los problemas económicos de Portugal se encuentra en el bajo crecimiento de la productividad. La brecha de competitividad con sus socios de la Unión Europea, en torno a 15%, sigue siendo considerable”, había advertido Barclays.
BCE fue cauto
Los rumores de que el rescate a Portugal sería inminente habían aumentado en los últimos días, luego de que el Banco Central Europeo no hiciera esfuerzos por contener el aumento de los rendimientos de las naciones más endeudadas de la región.
“Al mantenerse fuera del mercado, el BCE dejó claro a Bruselas que este es un problema que ellos deben resolver”, aseguró a Bloomberg el economista jefe para Europa de Jefferies International, David Owen. “Este es un problema fiscal que debería ser afrontado por políticos, no por un banco central cuyo mandato es administrar la política monetaria”, agregó.