Gobierno británico presenta plan de emergencia para industria automotriz
El eje central de las medidas girará en torno a la entrega de garantías de crédito a corto y largo plazo para la industria.
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El Gobierno británico presentó hoy un
plan de emergencia para la industria automtriz,
gravemente afectada por el descenso de las ventas, lo que ha
propiciado una baja en la entrega de créditos bancarios a los
particulares.
El ministro de Empresa, Peter Mandelson, explicó en una
declaración en la Cámara de los Lores los detalles del plan, cuyo
eje central consiste en la entrega de garantías de crédito a corto
y largo plazo para la industria y sus suministradores.
Mandelson dijo que "no se trata de un plan de rescate financiero"
como el que llevó a desembolsar al Estado 44.000 millones de euros
(US$ 57.833 millones) en octubre pasado, sino de ayudas crediticias concretas para ayudar
a superar un momento especialmente difícil para el sector.
La decisión principal del Ejecutivo es facilitar garantías que
permitan adquirir préstamos del Banco Europeo de Inversiones por
valor de 1.300 millones de libras (US$ 1.828 millones).
Además, se facilitará el acceso a otros 1.000 millones de libras
(US$ 1.406 millones) adicionales en préstamos destinados a
financiar las inversiones de autos poco contaminantes.
Habrá por último un fondo de 35 millones de libras (US$ 49,3 millones) destinado al reciclaje profesional y a la asistencia de
los trabajadores afectados por esta crisis sin precedentes.
"No es un cheque en blanco", subrayó el ministro, que instó a las
autoridades regionales y al Consorcio de Estrategia Tecnológica a
"cambiar el paso" en el terreno de los programas de desarrollo e
investigación para que la industria automotriz fabrique autos más
limpios y más ligeros, y potencie la manufactura de híbridos.
El plan implicará "un significante impulso" para la industria y
ayudará al Reino Unido a "ser un líder mundial en el desarrollo y
fabricación de vehículos con un bajo nivel de emisión de CO2".
Su aplicación "es vital para la fortaleza de la industria
manufacturera en Gran Bretaña" y su puesta en marcha era necesaria
para "prevenir una irreversible pérdida de capacidad, habilidades y
tecnología", añadió el titular de Empresa.
Desde la oposición conservadora, el parlamentario David Hunt of
Wirral manifestó que el paquete de ayuda es insuficiente y llega
demasiado tarde, y lamentó que "después de años de castigar a los
conductores", el Gobierno ofrezca ahora "una serie de placebos para
una industria ante la peor crisis que ha afrontado nunca".
Tanto los fabricantes de autos, como las miles de empresas
que dependen indirectamente de ellas, sufren con severidad la sequía
de crédito que se ha instalado en el mercado bancario británico por
la crisis financiera internacional.
El plan fue debatido en una reunión mantenida por la mañana por
el Gobierno laborista de Gordon Brown, en la víspera de una reunión
del Ejecutivo con directivos de las empresas del sector.
En esa reunión, se manifestó desde Downing Street, "Mandelson y
su Ministerio dejaron claro que, desde nuestro punto de vista, la
industria del automóvil es un sector con futuro sólido".
El Gobierno reiteró en las últimas semanas que no habría un plan
general de rescate para la industria, como lo hubo para la banca,
aunque el ministro Mandelson reconoció que el sector automovilístico
es especial en el Reino Unido por razones económicas e históricas.
"El sector automotor, la fabricación de autos, representa la
fuerza competitiva y la excelencia en nuestro país", dijo Mandeslon
hace un mes, en medio de los contactos que el Gobierno mantenía con
Jaguar Land Rover para estudiar una eventual ayuda estatal.
Jaguar Land Rover, que fue adquirida el pasado mes de junio por
la india Tata, despidió a finales de
2008 a 850 trabajadores en el Reino Unido entre el personal de
tecnologías de la información e ingeniería.
La empresa, que tiene una plantilla total de 16.000 trabajadores
en todo el mundo, ya había anunciado previamente un plan de bajas
voluntarias que afectó a 600 trabajadores.
El fabricante de autos de lujo Aston Martin, por su parte,
anunció el mes pasado el despido de 600 trabajadores para hacer
frente a la crisis, regulación que la empresa justificó en la
necesidad de hacer un ajuste por la "caída en las ventas".