pOR simon kuper y roger blitz
Un hombre alto, con gafas y pelo gris que parecía un administrador bancario retirado, se instaló en una sala de reuniones de la Cámara de los Comunes la semana pasada. David Triesman, ex presidente de la Asociación de Fútbol de Inglaterra, acudió a una reunión con un comité de miembros del parlamento para contarles su experiencia en el humillante resultado de la campaña inglesa para ser anfitriones de la Copa del Mundo 2018.
Lord Triesman, un par vitalicio laborista, puso un montón de hojas en la mesa de testigos. Entonces, con su fuerte acento británico, entregó una de las acusaciones más devastadoras jamás oídas en público sobre los métodos de los hombres que conducen la Fifa, el organismo gobernante del fútbol mundial.
Acusó a cuatro miembros del comité ejecutivo de la Fifa de comportamiento no ético en la votación de diciembre para elegir a los anfitriones de los torneos de 2018 y 2022. Por ejemplo, dijo que el trinitense Jack Warner le pidió a Inglaterra que financiara un centro de educación en su país natal. El costo sería cercano a 2,5 millones de libras, y el dinero sería “canalizado a través” del mismo Warner. En tanto, Nicolás Léoz, de Paraguay, habría pedido que la reina lo nombrara caballero.
Los miembros del parlamento también revelaron que habían recibido evidencia en cuanto a que Qatar, elegido como anfitrión para 2022, pagó a dos miembros del comité ejecutivo US$ 1,5 millón a cada uno.
Los acusados han negado los alegatos. Aunque, después de la suspensión de otros dos miembros del comité ejecutivo de la Fifa antes de la votación sobre los países anfitriones, un tercio de los 24 miembros del comité han sido acusados de corrupción, con relación al voto. Según los cálculos de Lord Triesman, el organismo más poderoso en el juego favorito del mundo, se comporta como un club de señores sin regulación.
La controversia enfrenta a los países occidentales que están perdiendo poder contra las naciones emergentes que van en alza. También fomenta un debate global más amplio desde la crisis financiera de 2008 sobre la importancia de una regulación de negocios más estricta. Pese a las recientes declaraciones de ministros británicos de una cruzada para limpiar la Fifa, el club de señores parece bien posicionado para mantener a los intrusos fuera de sus asuntos.
El derecho de escoger a los anfitriones de la Copa Mundial, la fiesta más grande del planeta, depende de 24 hombres en su mayoría viejos. Cada miembro del comité ejecutivo es escogido por su federación regional -en efecto, por un círculo más pequeño de otros hombres en su mayoría viejos. Muchos permanecen en el puesto por décadas, incluso de por vida. Este grupo toma decisiones cruciales sobre el negocio global de varios miles de millones de dólares. En los cuatro años previos al torneo de 2010, la federación logró
US$ 4.200 millones en ingresos y utilidades por US$ 630 millones. Están sentados sobre reservas de
US$ 1.300 millones. Entretanto, su congreso de 208 asociaciones nacionales, su parlamento “hipotético”, se reúne generalmente sólo una vez al año.
Este no es un modelo de gobierno que se encuentre en la mayoría de las democracias o sociedades anónimas abiertas. Cuando los miembros del comité ejecutivo emitieron sus votos secretos para asignar Copas Mundiales, por ejemplo, lo hicieron sin supervisión externa y con poca transparencia.
Algunos occidentales ven la actual crisis como una oportunidad de reforma. La federación no tiene Copas Mundiales que asignar en varios años. Sin tales regalos, su poder sobre las naciones miembros está restringido.
Segundo, en las elecciones presidenciales de la Fifa el primero de junio, el titular suizo Sepp Blatter va por un cuarto período contra Mohammed bin Hammam de Qatar. En teoría, los reformistas podrían enfrentar a los candidatos entre sí.
Los ingleses han sido los más enérgicos en buscar un cambio. La Federación de Fútbol de su país puso al consejero de la reina, James Dingemans, un connotado abogado, a revisar los reclamos de Lord Triesman y reportará a la Federación de Fútbol inglesa y a la Fifa el 27 de mayo.