Si, como David Cameron lo ha llamado, el escándalo de escuchas telefónicas que está destrozando al imperio mediático británico de Rupert Murdoch es una “tormenta de fuego”, entonces ayer las llamas alcanzaron los pies del premier del Reino Unido, después de dejar un reguero de devastación en la fuerza policial londinense.
Tras más de un año en el cargo, Cameron enfrentó preguntas de los medios por primera vez sobre si él renunciaría por su decisión de contratar al ex editor de News of the World, Andy Coulson -sospechoso en el escándalo de escuchas- como su jefe de comunicaciones.
El enredo afligió al primer ministro británico durante una fallida visita a África. Boris Johnson, el alcalde conservador de Londres, se rehusó a ir en defensa de Cameron cuando le preguntaron si su compañero debiera renunciar. Por ahora, esa resolución parece improbable. Pero en una señal de la gravedad de la situación, Cameron convocó a una sesión de emergencia en la Cámara de los Comunes para mañana -el día después de que los miembros del parlamento se supone que comiencen un receso de verano- para dar una actualización sobre el escándalo.
El caso ha causado una revuelta en los cargos ejecutivos de News Corp. Rebekah Brooks renunció como directora ejecutiva del periódico británico News International y tanto ella como Coulson, ambos ex editores de News of the World, han sido arrestados por la policía en relación al caso. Les Hinton, un consejero de hace mucho tiempo y ex presidente del grupo editorial británico en el minuto del escándalo, renunció el viernes de su puesto como jefe de Dow Jones.
El lunes, uno de los detectives más antiguos de Scotland Yard, John Yates, admitió que tomó una muy mala decisión al no reabrir la investigación en 2009.
Ed Miliband, líder del Partido Laborista de la oposición, aumentó la presión, diciendo que Cameron “ni se había disculpado por el error catastrófico que hizo al contratar a Andy Coulson”. Miliband dijo que había un “drástrico contraste” entre la postura de Cameron y la de Sir Paul Stephenson, quien “honorablemente” renunció después de contratar a Neil Wallis, el ex subeditor de Coulson y otro de los arrestados tras el escándalo, como consejero de relaciones públicas para la policía.
El líder laborista está pidiendo que Cameron tome parte del completo debate de los Comunes sobre el asunto en la sesión de emergencia de este miércoles, incluyendo contestar preguntas sobre exactamente qué “garantías” buscó de Coulson cuando lo contrató en 2007.
También quiere saber qué discutía Cameron con Rebekah Brooks, la responsable de News International, la navidad pasada cuando la oferta de Murdoch por controlar totalmente BSkyB era un tema político candente.
La creciente presión coincide con el duro cuestionamiento que harán en la jornada de hoy los miembros del parlamento a James y Rupert Murdoch, en la que se espera sea una sesión apasionante. Brooks también asistirá.