Por Philip Stafford y Jeremy Grant
La confirmación de Nasdaq OMX de que fue blanco de
hackers
ha puesto en el centro de la atención a la seguridad IT en el mundo de las bolsas, una parte crucial de los mercados capitales de muchos países.
Pero, ¿significa que es posible para los
hackers
, incluso ciber-terroristas, hacer caer una bolsa causando un caos financiero? Nasdaq dijo durante el fin de semana que había descubierto archivos sospechosos en los servidores, pero que no estaban relacionados a sus sistemas de transacciones. Señaló que su aplicación
web facing
, llamada Directors Desk, fue potencialmente afectada.
Entrar al sistema de transacciones de una bolsa sería extremadamente difícil, según los expertos, porque las bolsas han desarrollado capas de seguridad múltiples para detener esos ataques. Las medidas involucran complejos protocolos de
software
y el uso de algoritmos que cambian constantemente, y al azar, los códigos de seguridad. Muchas bolsas operan en una red privada por separado, con frecuencia con su propio lenguaje computacional. Una amenaza más creíble es donde una bolsa es bombardeada con operaciones desde un algoritmo computacional pre-programado. El año pasado, el
flash crash
en los mercados estadounidenses fue gatillado por un algoritmo en los mercados de futuros que funcionó mal, mandando al promedio industrial Dow Jones bajo los 1.000 puntos, y arriba de nuevo en 20 minutos. Los seguros conocidos como
circuit-breakers
ahora se utilizan para prevenir un desastre. La semana pasada, Mary Schapiro, la presidenta de la Comisión de Bolsa y Valores, dijo que la agencia estaba buscando más allá de ese seguro y que considera frenos más duros conocidos como parámetros de transacción estilo límite arriba/límite abajo.
El intento de
hackear
el Nasdaq ha suscitado una mayor preocupación sobre la seguridad de la información, en particular por los datos que pueden ser robados y usados para abuso de información privilegiada. La semana pasada, las operaciones en los mercados de carbono europeos se reanudaron tras la acusación del robo de 30 millones de euros (US$ 40,7 millones) de permisos de operaciones de carbono desde los registros nacionales. En el caso del Nasadq, el blanco fue un registro online que se encuentra en la nube de Internet y almacena datos de miles de empresas Fortune 500 que sólo deberían ser accesibles para usuarios registrados, como los directores de esas empresas. Es decir, datos que pueden impactar al mercado.
Directors Desk es un ejemplo de un fenómeno creciente en las bolsas: la oferta de nuevos servicios, con frecuencia basados en Internet, para atraer la inscripción de nuevas empresas. Pero la vulnerabilidad de Directors Desk ha resaltado la tensión entre las presiones competitivas bajo las que se encuentran las bolsas y el riesgo de que puedan ser intervenidas en busca de información privilegiada.