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Reunión del G20: el tono silencioso deja poca esperanza para una solución rápida
Por: Equipo DF
Publicado: Jueves 17 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
Por Alan Beattie y Quentin Peel
Antes de que Francia asumiera la presidencia del Grupo de los Veinte (G20), Nicolas Sarkozy pidió grandes cambios en el gobierno de la economía global, pero es probable que los ministros de hacienda del grupo, que se reúnen en París este fin de semana, logren sólo cambios más modestos.
No es de esperar que haya un rápido progreso en el tema principal, que son los tipos de cambio y los desequilibrios económicos, ya que se mantienen las divisiones entre las grandes economías que surgieron en la cumbre del G20 de Seúl, en noviembre pasado.
Además, surgieron otros dos temas de discusión —el dominio del dólar como divisa de reserva y el uso de controles de capital por parte de los gobiernos— que tampoco se resolverán fácilmente.
Desequilibrios globales
El gobierno alemán espera que los ministros acuerden indicadores específicos para monitorear las causas de los desequilibrios globales, pero no piensa que deban fijarse metas cuantificables para países individuales, dijo un alto funcionario.
El encuentro de este fin de semana buscaría conciliar las visiones divergentes de EE.UU., que tiene el mayor déficit comercial del mundo, y de China y Alemania, que poseen dos de los mayores superávit. La fuente del gobierno alemán, que pidió que sus declaraciones se mantuvieran anónimas, dijo que se está cerca de lograr un acuerdo en cuanto a cinco indicadores de las “causas de los desequilibrios”: los balances de cuenta corriente, los tipos de cambio reales, la deuda y los déficit del sector público, las reservas en divisa y la tasa de ahorro del sector privado.
Por su parte, Eswar Prasad, ex titular del departamento China del Fondo Monetario Internacional y miembro de la Brookings Institution, en Washington DC, comentó que ve “mucho acuerdo en cuanto a los principios generales, pero no en lo específico”.
También parece prematuro tener esperanzas de un avance importante en la denominada guerra de divisas. La política monetaria estadounidense sigue muy laxa, los países emergentes, como Brasil, siguen acusando a Washington de crear flujos de capital desestabilizantes. EE.UU. dice desde hace mucho que la principal causa de estas distorsiones es el tipo de cambio manipulado en países como China, que presionan al alza otras monedas. Sin embargo, pese a las quejas de Brasilia a Beijing, y de la visita a Brasil, la semana pasada, del secretario del Tesoro estadounidense Tim Geithner, Washington todavía no logra una alianza firme con los países emergentes.
Guido Mantega, el ministros de Finanzas de Brasil, señaló el martes que no hay un plan conjunto de acción con Washington para presionar a China. “Brasil está tan preocupado por el debilitamiento del dólar como por la moneda china”, le dijo a la prensa.
Precisamente, los controles de capital en países de medianos ingresos que buscan protegerse del dinero caliente se ha convertido en tema de otra compleja negociación.