Por James Politi en Washington
Los republicanos en la Cámara de Representantes podría pedir recortes más profundos a las agencias del gobierno de EEUU y un nuevo plan para revisar los programas de salud del gobierno para los más viejos cuando den a conocer el nuevo presupuesto 2013 que seguramente gatillará una nueva ronda de discusiones políticas.
Paul Ryan, presidente del comité presupuestario de la Cámara, presentará la plataforma fiscal de su partido hoy, en un intento para que los votantes en la elección de noviembre vean a los republicanos como mejor capacitados para reducir los déficit presupuestarios de EEUU.
También va a establecer la posición republicana para las enormes negociaciones de presupuesto que surjan como consecuencia y que enfrentará el congreso estadounidense a fines de año. Éstas determinarán el destino de los recortes tributarios y reducciones automáticas en gasto interno y de defensa de la era Bush, así como el alzamiento del límite de deuda de EEUU para evitar el default.
Cuando Ryan, congresista de 42 años de Wisconsin, dio a conocer su primer presupuesto como presidente en abril pasado, se generó una vorágine de críticas de parte de los demócratas, que arremetieron contra el plan para privatizar Medicare, el plan de salud para los mayores. Incluso algunos republicanos pensaron que el presupuesto de Ryan fue demasiado lejos y arriesgó ahuyentar a los votantes preocupadores de que se desmantele la red de seguridad social estadounidense.
Desde entonces, Ryan se ha mantenido mayormente inmutable en su búsqueda de un plan conservador incondicional para controlar la deuda de EEUU completamente a través de recortes de gastos sin ninguna contribución de alzas de empleos.
Pero Ryan ha tenido que hacer un cambio crucial diseñado para que el plan Medicare no sea un “pararrayos”. La propuesta del año pasado cambiaría el modelo de salud del gobierno para los mayores a un “respaldo premium”, o modelo voucher, con los mayores recibiendo una suma fija para comprar su seguro a proveedores privados.
A fines del año pasado, Ryan acordó un compromiso para permitir al tradicional Medicare continuar en paralelo con el nuevo sistema privado. Aunque esto sea desagradable para muchos demócratas, y los ataques probablemente continúen, podría ayudar a neutralizar algunas de las críticas más fuertes.
En el presupuesto de hoy, que cubre el año fiscal 2013 que comienza en octubre, Ryan pedirá una reducción en el gasto discrecional, que financia programas de gobierno desde el Tesoro hasta la Agencia de Protección Ambiental. Así podría apaciguar a los republicanos más conservaores, que se enojaron con el alza del límite de endeudamiento de EEUU el año pasado y sintieron que se hicieron muchas conseciones a la Casa Blanca. Pero causaría problemas, y potencialmente gatillaría una parálisis del gobierno a inicios de octubre, justo antes de las elecciones, si los demócratas en la administración Obama no acuerdan reducir el límite.
Pero el presupuesto de Ryan intentará evitar la promulgación de fuertes recortes automáticos al presupuesto del Pentágono que deberian ocurrir a partir de enero.