Por Helen Warrell
El gobierno busca aplacar los temores de que los frecuentes cambios a las reglas de inmigración disuadan a las firmas internacionales con la promesa de mantener la cifra de visas laborales al mismo nivel durante los próximos dos años.
Damian Green, ministro de Inmigración , confirmó que el límite anual a los trabajadores calificados de fuera de la Unión Europea seguirá en 20.700 hasta abril de 2014.
El límite fue impuesto en abril de 2011 para cumplir la promesa electoral de los conservadores de reducir la migración neta de los actuales 250.000 a menos de 100.000 al término del mandato legislativo.
La asociación empresaria CBI y otros grupos de lobby han advertido sistemáticamente que las firmas de ultramar podrían irse del Reino Unido si no pueden realizar planes de largo plazo sobre personal debido a varios cambios a las leyes sobre empleados extra Unión Europea.
También se teme que la recuperación esté en riesgo si se percibe que el país no está "abierto a los negocios".
Sin embargo, Green parece haber tomado en cuenta algunos de estos temores. "El gobierno ha sido claro en que el Reino Unido está abierto a los negocios y nuestro límite ha sido fijado con las necesidades de la industria en mente", aseguró.
El límite de visas no ha impedido el ingreso de trabajadores calificados al Reino Unido, afirmó. "Creemos que no hay incompatibilidad entre crecimiento económico y el control de la inmigración", dijo Green. "Nuestro sistema inmigratorio reformado y más selectivo puede lograr ambos".
Jim Bligh, jefe de mercado laboral y pensiones del CBI, señaló que la promesa dará a las compañías la confianza para traer trabajadores calificados al país en el mediano plazo.
"Los empresarios saludarán el hecho de que finalmente puedan esperar un grado de estabilidad tras varios años en que la política de permisos laborales parecía cambiar todas las semanas", destacó Bligh.
Pero Subhash Thakrar, presidente de la Cámara de Comercio de Industria de Londres, criticó que aunque el gobierno parece estar escuchando a los empresarios, los continuos cambios de reglas ya dañaron la competitividad de la capital.
"La posición de liderazgo de Londres depende de sus capacidad de atraer nuevas empresas, y de retener aquellos que ya están aquí. Hay que hacer más para restaurar la reputación de la capital como lugar de negocios", aseguró Thakrar.
El parlamentario laborista Chris Bryant acusó al gobierno de "retórica pretenciosa".
"El gobierno debería dejar de hablar y lidiar con la inmigración ilegal", dijo.