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Qué verde eran sus negocios

¿Se puede salvar al planeta y al mismo tiempo ganar millones? Una nueva camada de emprendedores está demostrando que sí.

Por: | Publicado: Viernes 11 de noviembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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por Pilita Clark



Michael Liebreich era un ex consultor de gestión que no había tenido un empleo estable en casi tres años. Una aventura en Internet que había realizado justo antes de que estallara la burbuja punto.com en 2000 había terminado en desastre. Había acumulado ocho páginas de contactos de headhunters, que no devolvían sus llamados. “Estaba tan marcado por el fiasco punto.com” dice. “Realmente me estaba desesperando”.

Fue una época dura para el esquiador olímpico graduado de Cambridge, con un MBA de Harvard y cinco años en la reconocida consultora McKinsey.

Luego descubrió la energía limpia. Se convirtió en parte de la nueva camada de lo que se ha denominado los “ternos verdes”, empresarios que están ganando miles de millones con negocios que casi no existían hace seis años.

Se trata de un grupo bastante diverso. Algunos son financistas que apenas saben lo que es una celda solar. Pero sus filas han estado creciendo rápidamente con un sector de energías limpias que el año pasado atrajo un récord de 
US$ 243 mil millones en nuevas inversiones a nivel global, casi cinco veces más que hace seis años.



Michael Liebreich


Bloomberg new energy finance


Para Liebreich, todo comenzó a cambiar cuando fue de vacaciones a Bolivia en 2003. Vio gente protestando en las calles en contra de un gasoducto estadounidense.

Camino a casa pasó por Brasil, donde le tocaron apagones porque el suministro eléctrico del país no daba abasto con el rápido crecimiento de la economía. El mismo año, gigantescos apagones en Norteamérica y Europa dejaron a millones de personas a oscuras.

La energía, pensó Liebreich, era la clave. “A todas partes donde miraba veía razones de por qué el sistema de energía tenía que cambiar”. Eso significaban fuentes de energía alternativa, y quizás un cambio en la industria tan profundo como el que había ocurrido en Internet.

“Recuerdo que llamé a un amigo en Credit Suisse y le pregunté qué compañías de energías limpias seguía. Y él no sabíade lo que yo hablaba. Le pregunté por Vestas, el mayor fabricante mundial de turbinas de viento y él me preguntó cómo se escribía”.

Liebreich dice que no es “un ambientalista profundo”, pero sabe reconocer una brecha en el mercado cuando ve una.

En 2004, con la ayuda de voluntarios y un programador polaco que encontró en un sitio de Internet llamado Rent a Coder, fundó New Energy Finance, un proveedor de información financiera sobre el naciente mundo de las tecnologías limpias .

El momento no podría haber sido más oportuno: 2004 fue la víspera de una explosión de interés en el cambio climático y las energías limpias. El protocolo de Kyoto se implementó en febrero de 2005. El huracán Katrina devastó Nueva Orleans seis meses después, justo antes de la aparición del influyente documental del ex vicepresidente Al Gore sobre el cambio climático, “Una Verdad Incómoda”.

Luego llegó 2009, y la posibilidad de que EEUU implementara un sistema de transacciones de carbón, y los líderes mundiales acordaran nuevas reglas en las conversaciones sobre clima de la ONU ese año en Copenhagen. Era el momento perfecto para vender una firma que hacía análisis sobre un sector todavía tan nuevo que pocos conocían bien.

El 10 de diciembre , Bloomberg, el grupo de informaciones financieras, anunció que había comprado la empresa de Liebreich. El precio nunca fue revelado, pero personas cercanas a la operación dicen que fueron más de 45 millones de libras. Y Liebreich habría controlado un cuarto de la compañía.

La cumbre de Copenhagen y el sistema de transacciones de carbón de EEUU terminaron fracasando , pero Liebreich dice que e “cambio sistémico” en la energía es imparable.

Eventualmente, dice, “el mundo se va a pasar completamente a las energías limpias”.



Vinod Khosla


Khosla Ventures


En el mundo de las energías limpias, si alguien pregunta quién está ganando más dinero, uno de los nombres que más se repiten es el de Vinod Khosla.

Khosla es el multimillonario de Silicon Valley que ganó su primera fortuna como co-fundador de Sun Microsystems. Luego se cambió a Kleiner Perkins Caulfield & Byers, la famosa firma de capital de riesgo, y luego creó su propia empresa, Khosla Ventures, in 2004.

Hoy está invirtiendo en todo, desde motores de bajas emisiones a compañías que fabrican turbinas de doble aspa.

No es fácil saber cuánto ha ganado en negocios que son esencialmente riesgosos. Las inversiones en capital de riesgo en energía verde cayó con la recesión de 2008-09, generando dudas de que el sector terminara igual que la burbuja digital.

Por eso todos -desde Wall Street hasta la City de Londres- pusieron atención cuando Khosla apareció en en un gran evento de la industria en San Francisco hace algunas semanas y le preguntaron si pensaba que las tecnologías limpias habían sido un desastre.

Su respuesta fue no. “Tan sólo en los últimos doce meses, hemos generado más de US$ 1.000 millones en utilidades”, dijo Khosla. “Eso es más de lo que muchas fondos de capital de riesgo han ganado con las Tecnologías de la Información en diez años. Así que desafío a cualquiera que diga que la tecnología limpia, bien hecha, sea un desastre”.



Ben Goldsmith


Wheb Partners


Los inversionistas verdes también están abarrotando las frondosas calles de Mayfair y West End, en Londres, tradicional hogar de hedge funds y firmas de capital privado. Uno de ellos es Ben Goldsmith, de 31 años, el hermano menor de Zac Goldsmith, el parlamentario ecologista del Partido Conservador, e hijo del difunto multimillonaro Jimmy Goldsmith.

Su empresa Wheb Partners tiene dos fondos de tecnologías limpias con activos bajo administración por 130 millones de libras. Cuando armó su primer fondo en 2005, “fue el primero del Reino Unido y el segundo o tercero en Europa”, dice Goldsmith. Ahora encuentra “cuatro o cinco en un trecho de pocas cuadras” cerca de su oficina.

En toda Europa, calcula que hay al menos 15 firmas de capital privado enfocadas en tecnologías limpias, y predice que en una década “habrá dos o tres veces más”.

Una cosa es ganar dinero si uno tenía algo antes de qué partir, pero la industria de las tecnologías limpias está creando millonarios a partir de la nada.



Zhengrong Shi


Suntech


Uno de los primeros es también uno de los que parecía más improbable, un pequeño y silencioso australiano llamado Zhengrong Shi.

Nacido en 1963 de padres campesinos tan pobres que tuvieron que darlo en adopción. Terminó viajando a Australia para estudiar.

Después de trabajar en 2000 en una pequeña empresa de energía solar regresó a China, su país natal, y fundó su propia compañía llamada Suntech, ahora una de las mayores del mundo y en 2005, la abrió a bolsa de Nueva York, ganando más de US$ 1.400 millones.

No es que a Shi le emocione demasiado. “No sentí algo tan especial”, dice desde sus oficinas en Shangai. “Para alguien que lo ve desde afuera puede parecer impresionante porque pasó tan rápido. Pero yo sabía que cada día se trataba de trabajar duro y hacer que las cosas pasaran”.

Pero otros sí se impresionaron. Mucho visitantes comenzaron a llegar para conocer el museo de bajas emisiones construido por Suntech e inaugurado por Al Gore. Llegaron altos funcionarios de EEUU y el primer ministro chino Wen Jiabao.

Eso no fue coincidencia. Los esfuerzos de Beijing por impulsar el sector de las energías renovables ahora son tan potentes que con frecuencia se dice que si alguna vez surge un Google de las energías verdes, su fundador hablará mandarín.

Aún así, 2011 ha sido un pésimo año. El exceso de oferta y la caída en los precios ha hecho colapsar a varias en EEUU. “La industria está pasando por un invierno,” dice Shi. Pero agrega con firmeza: “Es algo temporal”.



Dale Vince


Suntech


No todo los empresarios verdes van a trabajar con terno. El día que conocí al multimillonario Dale Vince, llevaba botas de ciclista, un collar con una figura de una calavera que su esposa le había regalado para su cumpleaños, y un aro en la oreja.

Vince no se levanta para saludar, pero esto es porque es una de esas personas que trabaja de pie frente a su escritorio. También toma clases de ballet, para mejorar su técnica de fútbol, según dice.

Es vegano y se negó a hacer negocios con la granja avícola Bernard Matthews que, asegura, “quería granjas eólicas para alimentar la energía de sus campos de concentración para pavos”.

Al igual que otros millonarios, acaba de comprar su propio club de fútbol local. Pero a diferencia de otros, eliminó las carnes rojas de los partidos.

Vince acaba de recibir una invitación a una fiesta para el cumpleaños de Bill Clinton, y otra para reunirse con alguien muy importante en Bruselas, pero no planea ir. “Sólo le digo a la gente: si realmente quieren verme vengan a Stroud, y si es mucho problema para ustedes venir acá, entonces no debe ser tan importante”.

Puede que aún se vea como el hippie que solía ser, pero es un genio del mercado de la energía, con un patrimonio estimado en 85 millones de libras gracia a Ecotricity, la compañía de energía eólica y electricidad que levantó a partir de una turbina en 1996.

La compañía es pequeña para los estándares globales, pero Vince dice que “apenas pasa un mes” sin que alguien le ofrezca comprarla.

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