Por Jim Pickard y Helen Warrell en Londres
El premier británico David Cameron convocó de emergencia al parlamento, mientras los negocios en Londres cerraban temprano sus persianas y miles de policías se desplegaban en un intento por controlar una cuarta noche de motines en ciudades británicas.
Cameron, que volvió con anticipación de sus vacaciones, dijo que el gobierno haría todo lo necesario para restaurar el orden después de lo que los comentaristas describieron como el peor desorden público en generaciones.
Los disturbios, que comenzaron en un suburbio en el norte de Londres la noche del sábado y se extendieron por la capital y a otras ciudades el lunes, amenazan con alejar las visitas a Londres justo a un año de los Juegos Olímpicos. “Estas son escenas enfermantes, escenas de gente saqueando, vandalismo, robo, atracos, escenas de gente atacando oficiales de policía e incluso atacando a bomberos que intentan apagar incendios”, declaró Cameron. Con los ministros reacios a autorizar toques de queda o métodos más autoritarios, se temió que las manifestaciones pudieran durar semanas en algunas zonas urbanas marginales. Cameron dijo que el número de oficiales de policía en las calles casi se triplicaría, de 6.000 a 16.000 anoche, para reducir la propagación de la violencia. El comandante de la Policía Metropolitana de Londres, Steve Kavanagh, advirtió: “La policía se prepara para un desorden generalizado esta noche; estamos preparándonos para un desorden ampliado otra vez. Espero que estemos equivocados”.
La policía debiera tener un acercamiento más intervencionista que en días anteriores, intentando identificar y cercar a los cabecillas. Scotland Yard también recomendó a las tiendas y negocios en la capital que cerraran temprano, anticipándose a posibles saqueos. La Asociación de Aseguradores Británicos estimó que el daño de los motines de noches anteriores podría costar US$ 162 millones.
Los motines, originados en la muerte de un hombre en el norte de Londres, han llevado a confrontaciones y saqueos en distintos puntos de la ciudad y también en Liverpool, Nottingham, Bristol y Birmingham. La policía londinense ha informado 550 arrestos y acusaciones a 105 personas.