Por Kerin Hope en Atenas
El nuevo premier de Grecia estaba decidido a insistir ayer por la noche en su compromiso de coalición de tres partidos de implementar un rescate financiero de 130.0000 millones de euros a través de un crucial comunicado para el parlamento.
Lucas Papademos, un ex banquero central que tiene el cargo de primer ministro interino de Grecia, mantuvo conversaciones con Evangelos Venizelos (quien fue corroborado en su puesto de ministro de Finanzas) sobre el comunicado, el que también apuntaría a asegurar el desembolso de un retrasado tramo de 8.000 millones de euros de un anterior préstamo internacional, comentaron autoridades del ministerio de Finanzas. Pero en una jornada de confusiones políticas, volaron las acusaciones que decían que el gobierno de Papademos estaba siendo menoscabado a sólo tres días de asumir sus labores.
Antonis Samaras, el líder conservador, había dicho a los legisladores de su partido Nueva Democracia que no firmaría una declaración conjunta -exigida por Bruselas- con el premier, el gobernador del banco central y los otros dos líderes de partidos que se comprometieron a los términos del rescate acordados el mes pasado con los socios europeos. Señaló que Papademos y los otros líderes políticos ya habían firmado un documento sobre el plan de implementación del rescate “bajo el auspicio la cabeza de Estado griega... por lo que algo más sería sólo humillante”.
Amenazas de pares
Los analistas sostienen que los nacionalistas de la Nueva Democracia habían amenazado con rebelarse si su líder estaba listo para aceptar una mayor rendición de soberanía frente a Bruselas. Samaras ya ha estado bajo ataque por parte de la misma facción por respaldar el segundo rescate después de oponerse al paquete del año pasado de 110.000 millones de euros.
Los mismos legisladores socialistas demandaron la renuncia del liderazgo del partido a George Papandreou, quien dejó su puesto de primer ministro la semana pasada.
El período de Papandreou como líder de su partido, el Pasok, expiraba el fin de semana pasado, lo que gatilló un debate para preparar la estrategia de cara a las elecciones anticipadas de febrero.