Por David Oakley en Londres
Los mercados y los gobiernos enfrentan una serie de obstáculos cada vez más difíciles para financiarse a sí mismos el próximo año, entre la incertidumbre extrema sobre la eurozona y la economía global, a medida que nuevas cifras revelan que el endeudamiento de los gobiernos industrializados se ha elevado por sobre los US$ 10 billones (millones de millones) este año y se prevé que aumentará más en 2012.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que representa a los países industrializados líderes, advertirá en su último panorama de endeudamiento, que será publicado este mes, que las tensiones financieras continuarán con los “espíritus animales” de los mercados, su naturaleza impredecible; una amenaza a la estabilidad de varios gobiernos que necesitan refinanciar su deuda.
Hans Blommestein, jefe de administración de deuda pública de la OCDE, dijo: “(En ocasiones), los eventos del mercado parecen reflejar situaciones en las que los espíritus animales dominan las dinámicas del mercado, por lo tanto elevan las tasas de endeudamiento soberano con consecuencias serias para la sostenibilidad de la deuda soberana”.
En el futuro previsible será un “gran desafío” para un amplio rango de países OCDE que recauden grandes volúmenes en los mercados privados, con el llamado riesgo de refinanciamiento siendo un gran problema para la estabilidad de muchos gobiernos y economías.
El riesgo de refinanciamiento es la amenaza de que un país no pueda refinanciar su deuda, obligándolo o recurrir al Banco Central Europeo en el caso de los países de la eurozona o a buscar rescates de emergencia, lo que le pasó a Grecia, Irlanda y Portugal. La OCDE dice que las necesidades de endeudamiento bruto de sus gobiernos llegará a US$ 10,4 billones en 2011 y que aumentará a US$ 10,5 billones el próximo año; un aumento de
US$ 1 billón desde 2007 y casi el doble desde 2005. Esto destaca los riesgos para las economías más avanzadas que en muchos casos, como Italia y España, están cerca de ser removidas de los mercados privados.
La OCDE dice que la participación de emisión de deuda a corto plazo de los países OCDE sigue en 44%, mucho más que antes de la crisis financiera global de 2007. Esto, según inversionistas, es un problema ya que implica que los gobiernos deben refinanciarse, a veces mensualmente, en lugar de ser capaces de congelar más deuda a largo plazo que ayude a estabilizar las finanzas públicas.
La OCDE también advirtió que un gran problema es la pérdida del estatus “libre de riesgo” de muchas deudas soberanas.