Para cualquiera que esté esperando una nueva dirección en Twitter, el ascenso de Parag Agrawal al cargo de CEO la semana pasada puede haber sido una especie de anticlímax.
El abrupto anuncio del lunes de que el cofundador Jack Dorsey había renunciado con efecto inmediato, su segunda salida repentina de la compañía, sugirió que podría estar en marcha un cambio más profundo. Dorsey pudo haber tenido cierto control sobre el momento, pero, después de la agitación de los accionistas activistas, incluyendo cuando pidieron su cabeza hace dos años, la forma de su salida dejó la clara impresión de un acuerdo mutuo desordenado.
Agrawal, sin embargo, tiene todas las características de un conocedor consumado y ha sido un aliado cercano del CEO saliente. Ha pasado 10 años ascendiendo en los rangos de ingeniería de Twitter, convirtiéndose en director de tecnología hace cuatro años, y está estrechamente asociado con muchas de las iniciativas más cercanas al corazón de Dorsey.
"Es parte del edificio, básicamente", dijo un excolega de Twitter, quien advirtió que no se deben esperar cambios significativos.
Otro señaló que tener cercanía a Dorsey le había valido a Agrawal un lugar especial en la jerarquía de Twitter.
Punto de inflexión
Sin embargo, a pesar de todo esto, su ascenso a uno de los asientos más populares de la industria tecnológica podría marcar un punto de inflexión. Los exempleados describen una empresa que luchó por recuperar su confianza después de una serie de fallas de productos, y que perdió el apetito por el tipo de experimentación constante y la iteración de productos por la que son conocidas las firmas más exitosas de Silicon Valley. Los fanáticos de Agrawal afirman que ya está en camino de solucionar estos problemas.
Poco conocido fuera de los pasillos, su historial como ingeniero y jefe de producto le ha valido una sólida reputación entre sus colegas y algunos inversionistas de Twitter. Llegó a Estados Unidos en 2005 como graduado del Instituto Indio de Tecnología en Mumbai y, al igual que los CEOs de Microsoft e IBM nacidos en India, su nombramiento fue visto como un intento de llevar un liderazgo de ingeniería más sólido a una empresa en peligro de perder su ventaja técnica.
Sus primeros años en Twitter llevaron ayudar a renovar su infraestructura técnica, sentando bases más sólidas para el ritmo más rápido de innovación y crecimiento de productos que Wall Street estaba buscando. Había llegado a la compañía después de un doctorado en la Universidad de Stanford, intercalado con períodos de investigación en Microsoft, Yahoo y AT&T.
Ese trabajo le valió el reconocimiento como el primer "ingeniero distinguido" de Twitter, un título que confiere un gran estatus en los círculos de ingeniería de élite de Silicon Valley, pero que rara vez allana el camino hacia un cargo de director ejecutivo.
Después de asumir el puesto de tecnología superior, Agrawal participó en el intento de acelerar los ciclos de nuevos productos de Twitter. El resultado ha sido un aumento en el ritmo de introducción de nuevos productos, incluido, durante el año pasado, un servicio de sala de chat de audio y la primera oferta de suscripción de Twitter. Sin embargo, ninguno de los dos ha cambiado las reglas del juego.
Presión de inversionistas
Cualesquiera que sean los logros técnicos de Agrawal, mientras tanto, la falta de experiencia ante el ojo público podría resultar un obstáculo para una empresa que ha desempeñado un papel enorme en el zeitgeist cultural, y que con frecuencia se encuentra en el centro de tormentas políticas por supuestos prejuicios en las redes sociales y la difusión de información errónea.
Las conexiones personales de Dorsey ayudaron a hacer de Twitter un fenómeno cultural y elevaron su perfil entre las celebridades, dijo un exempleado. "Siempre estaban un poco sorprendidos por conocer al fundador y CEO", explicó esta persona, y agregó que Agrawal tendría dificultades para ocupar el lugar en este sentido.
Con Wall Street presionando por resultados, el nuevo jefe no puede esperar mucho de una luna de miel. Los ambiciosos objetivos de crecimiento de Twitter exigen que aumente su número de usuarios diarios activos a la mitad para fines de 2023, y los inversionistas están impacientes por que su negocio alcance una escala que coincida con su considerable influencia en el mundo de las redes sociales.
"Esto puede convertirse en una empresa de US$ 200.000 millones apoyándose en la hoja de ruta del producto y monetizando esta enorme y creciente base de usuarios", insistió un accionista.
Recientemente, sin embargo, la valoración ha retrocedido, cayendo por debajo de los US$ 35.000 millones. Dorsey renunció después de no poder convencer a los inversionistas de que podía hacer un cambio significativo en la trayectoria de crecimiento de Twitter. Para evitar el mismo destino, Agrawal deberá obtener algunos resultados rápidos.
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