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Nuevas normas en la evaluación del riesgo soberano de las naciones ricas


La incertidumbre respecto de la calidad de crédito de la mayor economía del mundo es el último giro en la historia de

Por: Por Aline van Duyn en Nueva York
 | Publicado: Lunes 8 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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La incertidumbre respecto de la calidad de crédito de la mayor economía del mundo es el último giro en la historia de inversionistas forzados a reevaluar países que alguna vez consideraron libres de riesgo.

Antes de la crisis financiera, el peligro de que una deuda no se pagara se asociaba sobre todo en economías en desarrollo, muchas de las cuales habían incumplido en décadas recientes.

En gran medida, el riesgo de crédito en los países ricos y desarrollados quedaba en segundo plano, en particular de los bonos gubernamentales de EEUU y la eurozona, que en general tenían calificaciones máximas, triple A.

“Cabe recordar que hace un año se creía en general que una nación soberana industrial avanzada no podía incumplir en sus deudas, que no era posible. Eso ha cambiado”, dice Bart Oosterveld, de Moody’s Investors Service. “Sin embargo, hay pocas experiencias históricas con las que comparar los problemas de la deuda de países desarrollados. Estamos en territorio desconocido”.

Sin precedentes que los guíen, los inversionistas enfrentan mayores dudas sobre cómo evaluarán las agencias de crédito el riesgo soberano. Además, el fracaso de las agencias en ver el riesgo en deuda con respaldo de hipotecas por miles de millones de dólares antes de la crisis financiera ha puesto más presión sobre esas instituciones para hacerlo bien ahora.

“La conducta de la agencias calificadoras se está haciendo cada vez más difícil de predecir a medida que la crisis se desenvuelve”, dijo Win Thin, de Brown Brothers Harriman.

Mucha de la incertidumbre deriva del rol crucial que juega la política en la determinación respecto de si los países honrarán sus deudas. A diferencia del riesgo de crédito para empresas o instituciones financieras, hay una dimensión política mucho mayor para evaluar si un país pagará o no sus deudas.

La rebaja de Standard & Poor’s de la calificación de la deuda estadounidense de largo plazo fue, en esencia, una evaluación de riesgo político. “La política fiscal es en su centro un proceso político”, dice David Beers, director gerente de calificación soberana de S&P.

De modo parecido, el deterioro en la posición de crédito de muchas de las economías periféricas de la eurozona y los miedos a incumplimientos en la deuda de los gobiernos de la eurozona ha sido el resultado de obstáculos políticos a la resolución de las crisis de la región.

Pero aún cuando las rebajas están bajo el reflector, también hubo mejoras soberanas. La mayoría de ellas se han dado en mercados emergentes - los giros se están traduciendo en la convergencia de riesgos crediticios, haciendo menos extremas las distinciones entre economías desarrolladas y en desarrollo.

“El tema real aquí son los cambios en los patrones de inversión de largo plazo y el impacto potencial en crecimiento”, dice Charles Diebel de Lloyds TSB. “Hay un sesgo de latencia fuerte en las calificaciones de crédito, y con mucha frecuencia un movimiento en las calificaciones no es el fin de la historia. A menos que haya un gran cambio en las autoridades estadounidenses y, del mismo modo, a menos que el crecimiento se afirme, este podría ser apenas el primer eco del mundo reequilibrándose hacie oriente”.

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