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No por nada llaman a Inglaterra la “pérfida Albión”

La tendencia británica a creer en la caída del “imperio americano” es más que una curiosidad intelectual. Tiene efectos reales.

Por: Gideon Rachman | Publicado: Viernes 17 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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Imagen foto_00000001Nombre: Empire: How Britain Made the Modern Wolrd
Autor: Niall Ferguson
Editorial: Penguin Random House
precio: US$ 9,9

"Roma cayó. Babilonia cayó. Ya llega el turno de Hindhead". La frase de George Bernard Shaw en su obra Misalliance era un recordatorio para las audiencias del teatro inglés de 1910 de que todos los imperios eventualmente tendrán que declinar y morir.

Como un irlandés, probablemente para Shaw era más fácil bromear acerca de la decadencia del imperio. Pero, actualmente, son los académicos ingleses los que juegan ese papel en Estados Unidos. Algunos de los más influyentes "declinistas" son historiadores ingleses trabajando en universidades de ese país: Paul Kennedy en Yale, Niall Ferguson en Harvard e Ian Morris en Stanford.

La tendencia británica a creer en la caída del "imperio americano" es más que una curiosidad intelectual. Tiene efectos reales. Muchos políticos ingleses están actuando hoy bajo el supuesto de que el continuo ascenso de China y la caída relativa de EEUU son inevitables y están tomando decisiones acorde con ese supuesto. La reciente decisión de Londres de desafiar a Washington y unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) que lidera China es una de ellas.

Los "declinistas" ingleses han tenido un gran impacto en el debate en EEUU. "Auge y Caída de las Grandes Potencias" de Kennedy, fue un best seller en EEUU y ha modelado la discusión desde su lanzamiento en 1987.

"Coloso: Auge y Caída del Imperio Americano", de Ferguson, un historiador del imperio británico, se publicó en 2004, justo cuando EEUU comenzaba a verse atrapado en Iraq. Ferguson ha afirmado: "El Siglo XXI pertenecerá a China".

Los profesores ingleses podrían estar sobreproyectando el destino del imperio británico. Joseph Nye, un académico estadounidense de Harvard, destaca que para el comienzo de la Primera Guerra Mundial Inglaterra era sólo la cuarta potencia mundial en PIB y la tercera en gasto militar. EEUU es aún la mayor economía del mundo y por mucho la mayor potencia militar.

El colapso del imperio británico se precipitó por efectos de dos guerras mundiales que lo llevaron casi a la quiebra. Si EEUU puede evitar verse arrastrado a un conflicto global podría preservar su sitial.

Pero incluso si los ingleses están equivocados, las implicancias de esta mentalidad en la política británica ya están emergiendo. Cuando la descolonización se aceleraba en los años '60 y el poder de EEUU ascendía, Harold Macmillan, el primer ministro británico de la época, sugirió que los ingleses podían jugar el papel de los sabios griegos que declinan frente a los ascendentes romanos-americanos. Pero ahora que los ingleses están sintiendo que Washington podría estar en retirada, están volviendo a ajustarse.

Los ingleses tienen un historial de cambios pragmáticos. Ante la pérdida de su imperio, Macmillan debilitó sus lazos con el Commonwealth en favor de la nueva potencia ascendente –al menos así lo parecía entonces– que era la Comunidad Económica Europea.

La decisión de unirse al AIIB, en Beijing, es un paso mucho menos dramático. Pero también es una señal de cómo Inglaterra responderá a los cambios globales en las próximas décadas. No por nada la llama "la pérfida Albión".

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