Los devastadores terremoto y tsunami que asolaron a Japón han creado una oportunidad para abordar problemas estructurales que han socavado a la economía por dos décadas según Naoto Kan, primer ministro de Japón.
En su primera entrevista desde el desastre del 11 de marzo, Kan defendió su manejo de la crisis nuclear y desestimó las críticas en cuanto a que su gobierno está siendo demasiado lento para reconstruir la asolada costa noreste. El primer ministro habló antes de salir a una serie de reuniones y cumbres del G8 en Europa, donde querrá tranquilizar a los líderes internacionales en cuanto a que Tokio va camino a estabilizar la planta Fukushima Daiichi.
Aunque enfrenta un parlamento dividido y una revuelta abierta entre miembros influyentes de su gobernante partido Democrático, Kan insistió en que no quedaría satisfecho sólo resolviendo la crisis nuclear y reconstruyendo los asentamientos costeros destruidos.
“Por 20 años antes de este gran desastre, nuestra nación en muchas formas ha parecido estar en un punto muerto”, dijo. “A medida que superamos la crisis creada por este desastre, debemos superar también la crisis precedente, lo que podría llamarse la crisis estructural de Japón”.
Como prioridad, Kan citó la necesidad de hacer de la conservación y las energías renovables “pilares” de la política energética de Japón junto con combustibles fósiles y plantas nucleares. Kan enfrenta críticas crecientes por el ritmo de asistencia y reconstrucción en las áreas golpeadas por el maremoto, donde muchas personas aún viven en centros de evacuación.
Sin embargo, el primer ministro insistió en que se necesita tiempo para que expertos y autoridades locales acuerden el modo de allanar el camino para comunidades sustentables que puedan ser modelos para toda la nación. “Los avances van a buena velocidad”, dijo.
Kan también defendió su gestión de la crisis nuclear, desestimando sugerencias de que su administración había minimizado los problemas en la planta Fukushima Daiichi. Insistió en que “ni una vez” buscó evitar la difusión de cualquier información.
Sin embargo, expresó pesar por lo que llamó la subestimación del operador de la planta, Tokyo Electric Power, de la magnitud de la fusión del combustible.