Por Ralph Atkins en Frankfurt
La imagen de mujeres como gerentas más seguras con menos probabilidades de dilapidar los recursos del banco es equivocada, algo de lo cual los políticos deberían tomar nota.
Los cambios en las juntas directivas que conducen a una mayor proporción de ejecutivas mujeres “llevan a una administración más riesgosa del negocio”, concluyen los autores de un extenso estudio de entidades financieras germanas difundido por el Bundesbank.
También descubrieron que equipos ejecutivos más jóvenes toman más riesgos, mientras más doctorados en la administración tienen el efecto opuesto.
Las conclusiones, que contradicen la popular imagen de que las ejecutivas son menos inclinadas al riesgo, podrían resultar políticamente controvertidas. Ursula von der Leyen, la ministra de Trabajo de Alemania, impulsa medidas para incrementar la representación femenina en las juntas directivas.
Si bien dicha presión se basa en el deseo de una mayor igualdad de género, según los autores el probable impacto en comportamiento corporativo es menos debatido. Sus conclusiones “sugieren que un debate de políticas públicas debe considerar este impacto”.
Aunque publicó el reporte, el banco central alemán indicó que “no refleja necesariamente” su visión. La entidad tiene una mujer -Sabine Lautenschläger, vicepresidenta– en su junta directiva de seis miembros.
Para explicar sus hallazgos, basados en análisis de los equipos ejecutivos de bancos alemanes entre 1994 y 2010, los autores sugieren que una importante razón es que las ejecutivas tienden a ser “menos experimentadas” que los hombres y que la falta de experiencia deriva en la toma de riesgos.
Otra explicación podría ser que, como las mujeres aún son escasas en las juntas, su inclusión desata una atmósfera de club. “Si los miembros de un grupo tienen orígenes heterogéneos en términos de experiencia y valores, ello podría aumentar el potencial de conflicto al interior del grupo y obstaculizar la toma de decisiones”, dice el reporte.
Añade que los obstáculos que enfrentan las mujeres al entrar en las juntas además podrían incluir aceptar una mayor exposición al riesgo.
Probablemente menos controvertida es su conclusión de que un descenso en la edad promedio de la junta aumenta la toma de riesgos, y que los reguladores deberían mirar más las edades de los ejecutivos que su género. Según el estudio, una reducción de cinco años en el promedio de edad de los miembros de la junta aumenta el ratio de activos de riesgo frente al total de activos en 2,66.