Angela Merkel, canciller de Alemania, ha tratado de acallar los comentarios en su gobierno de un default en Grecia, advirtiendo que no habrá una solución rápida a la crisis de deuda de la eurozona.
Tras la turbulencia del mercado esta semana, causada en parte por mensajes mixtos de la coalición de centro derecha en Berlín, Merkel reprendió a sus socios políticos por especular con una insolvencia griega o incluso la salida de Atenas del euro. “Todos deben medir sus palabras cuidadosamente. Lo que no necesitamos es alarma en los mercados financieros”, dijo. “Ya hay suficiente incertidumbre”.
Merkel habló en una entrevista de radio, 24 horas después de que el vicencanciller y ministro de Economía alemán, Philipp Rösler, abogara por que se pusiera la “insolvencia ordenada” de Grecia en la agenda política una vez que “los instrumentos necesarios estén disponibles”.
Merkel dijo que tal situación no se presentará antes de 2013, cuando se supone que el fondo permanente de rescate de la eurozona, el Mecanismo Europeo de Estabilidad, quedará establecido.
Merkel habló mientras se confirmaba en Berlín y París que Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy sostendrían hoy una conferencia telefónica con George Papandreou, primer ministro griego.
El propósito sería asegurar a Papandreou su apoyo a sus esfuerzos “casi sobrehumanos” por reformar la economía griega, según un alto funcionario. Al mismo tiempo, le pedirán que consiga avances medibles en las promesas de Grecia a cambio del siguiente tramo del paquete de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, añadió la fuente.
Ayer, Sergio Marchionne, director ejecutivo de las automotrices Fiat y Chrysler, subrayó los temores de los líderes empresariales, diciendo en la feria automotriz de Frankfurt que “creo que hay una posibilidad, si se dan los pasos equivocados, de que el sistema se descarrile”.
Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, también llamó a una acción más decidida de los gobiernos de la UE. Dijo que pronto tendrá que tomarse una decisión hacia la unión política o un retorno a una unión monetaria basada estrictamente en que los estados tomen responsabilidad por sus propias finanzas.