Por Giulia Segreti
Recién llegada de sus vacaciones en las italianas Islas Eólicas, Patrizia Bianchi recuerda la época en que sus vacaciones de verano, con su marido y dos hijos, duraban hasta un mes. “Ahora nos tomamos dos semanas, no más”, aseguró.
Aunque gana más que la mitad de la población italiana, ya que lleva a su casa mensualmente la suma neta de 2.026 euros (US$ 2.770), como el resto de la clase media del país enfrenta un alza en los impuestos como parte del último plan de austeridad del gobierno, y está ansiosa por el futuro. “Sentimos el impacto de la crisis económica. Ahora somos más cautelosos, a veces hacemos sacrificios”, dijo Bianchi, que es abogada y trabaja para Poste Italiane, el servicio estatal de correo que es el mayor empleador del sector público, con una planta de más de 150.000.
En un país donde las pequeñas y medianas empresas son la columna vertebral de la producción, son sus emprendedores, y los trabajadores públicos como Bianchi, los que constituyen los dos pilares de la clase media.
Según Demopolis, un instituto de encuestas, sólo 7% de los italianos entrevistados en un sondeo reciente cree que la situación económica de su familia ha mejorado en los últimos tres años, mientras 45% piensa que sus condiciones de vida han empeorado.“El estudio revela el empobrecimiento progresivo de la clase media con ingresos fijos en el país”, señaló Pietro Vento, director del Instituto.
Por su parte, Gian Maria Fara, presidente de Eurispes, un instituto de investigación opinó: “Estamos perdiendo la clase media. Corremos el riesgo de tener una minoría de ricos y una masa infinita de neoproletarios”.
La presión financiera sobre los ciudadanos está en alza, lo mismo que el descontento, tras el presupuesto de austeridad aprobado por el Parlamento.
“Los trabajadores estatales son los más expuestos porque, en cuanto hay crisis, pagan el precio”, comentó Luciano Pellicani, profesor de Sociología de la Universidad Luiss, y agregó que los patrones son similares en otros países de la Unión Europea. “Los países del occidente de Europa se han vuelto homogéneos, tanto política como socialmente”, apuntó Pellicani.
La clase media italiana surgió en los ‘60 y ‘70. Como resultado de una mayor movilidad social, las segundas generaciones de familias campesinas pudieron ascender la escalera social y obtener acceso a la educación y a empleos en la pequeña industria, principalmente en el norte del país, lo que les permitía tener vivienda y ahorrar parte de sus ingresos.
Según los sociólogos, este es el grupo que ha sufrido una progresiva declinación en los últimos 15 años, porque la movilidad social se detuvo y el poder de compra cayó. Además, bajó el empleo. La OCDE informó que la cantidad de graduados italianos que viven en el exterior cuadruplica la de alemanes, triplica la de ingleses y duplica la de franceses.