Por George Parker Londres y Hugh Carnegy en París
El Reino Unido ha descrito como “simplemente inaceptables” los ataques a la economía británica hechos por los ministros franceses y los banqueros centrales, a medida que las tensiones por la crisis de la eurozona provocan que las relaciones entre ambos países alcancen un nuevo punto bajo.
En medio de temores en París de que Francia pueda perder su clasificación triple A, el ministro de Finanzas, François Baroin, dijo el viernes: “La situación económica del Reino Unido hoy es muy preocupante, y sería mejor ser francés que británico en términos económicos”.
Sus comentarios siguieron a las declaraciones del gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, quien dijo que las agencias calificadoras deberían preocuparse más del Reino Unido, que tiene “un mayor déficit, más deuda, inflación más alta y menos crecimiento que nosotros”.
Nick Clegg, el vice primer ministro del Reino Unido, le dijo al primer ministro francés, François Fillon, que los comentarios eran “simplemente inaceptables” y que se deberían tomar medidas para calmar la retórica.
Fillon había dicho anteriormente que “nuestros amigos británicos están más endeudados que nosotros”. Le dijo a Clegg que había intentado ilustrar lo que él creía era la inconsistencia de las agencias de rating.
Francia está irritada al ser amenazada con una rebaja de nota a pesar de su déficit presupuestario, que está en 5,7% del PIB, más bajo que el de Reino Unido, que está en más de 9%. Pero Fillon aseguró a Clegg que no había querido poner en duda la triple A del Reino Unido.
Las tensiones entre ambos países han estado creciendo durante semanas y se encendieron más cuando el ministro de Finanzas británico, George Osborne, comparó las preocupaciones del mercado sobre la deuda de Francia con la situación de Grecia.
El veto de Reino Unido
El uso del veto de David Cameron durante las negociaciones para el nuevo tratado de la UE provocó ataques de Nicolas Sarkozy, aunque el bloqueo le entregó precisamente al presidente francés un acuerdo intergubernamental sobre la disciplina fiscal en la eurozona más flexible que él había estado buscando.
En un intento por hacer el acuerdo más tolerable para los países que no son de la eurozona, el primer borrador establecer que no serían forzados a cumplir las duras reglas presupuestarias hasta que adopten la moneda única.
Cameron y Sarkozy no han hablado desde la cumbre, en contraste con los intentos de Angela Merkel para reparar las relaciones con el primer ministro británico. El viernes, la canciller llamó a Cameron para discutir las negociaciones sobre el nuevo tratado de la eurozona.