Por Roger Blitz en Londres y Simon Kuper en París
El hombre que está trazando las reformas para FIFA ha hecho un llamado para establecer un investigador independiente para examinar alegatos pasados de delitos, una decisión que podría obligar al organismo gobernante del fútbol, golpeado por los escándalos, a reinvestigar las licitaciones por las Copas Mundiales de 2018 y 2022.
FIFA no fue capaz de desligarse de las acusaciones de corrupción contra ocho actuales y ex miembros de su comité ejecutivo en relación con su decisión de diciembre de 2010 de otorgarle la Copa Mundial a Rusia y la de 2022 a Qatar. Un e-mail filtrado por Jerome Valcke, su secretario general, sugirió que Qatar había “comprado” el evento. Valcke dijo que había sido malinterpretado y Qatar negó la acusación con vehemencia.
En una entrevista con Financial Times, Mark Pieth dijo que él y trece colegas, que están haciendo las propuestas de reformas que serán presentadas a la FIFA esta semana, habían mirado de cerca las acusaciones, que han remecido al organismo que organiza las copas mundiales del fútbol.
“Hemos realizado audiencias extensas con personas con alegatos sobre el pasado”, dijo Pieth, un criminólogo suizo que asesora a la OCDE sobre cómo manejar los sobornos.
Pieth declinó especificar las acusaciones precisas. Pero Lord Goldsmith, ex abogado general del Reino Unido y uno de los colegas de Pieth en el comité independiente de gobernabilidad que examinan a la FIFA, la semana pasada le dijo a la BBC que “no estamos satisfechos” con el manejo de la FIFA de las acusaciones de soborno de la Copa Mundial de 2018 y 2022.
Pieth también le dijo a FT que su comité no estaba sorprendido con cómo la FIFA había analizado las acusaciones: “si hay alegatos, alguien simplemente investigará. Tiene que haber una institución creíble que recoja las acusaciones, en lugar de disiparlas con acusaciones poco sólidas”. Consultado sobre si creía que un cuerpo independiente podría buscar en el pasado, respodió “sí, podrían”.
Pieth pedirá la próxima semana a la FIFA reformar su comité de ética interno, que investiga alegatos de mala conducta, y que lo reemplace con un organismo de justicia independiente.
“Las autoridades judiciales tendrán que ser particularmente independiente”, dijo Pieth. “Así que si (la FIFA) adopta esto, eso será una prueba de si acaso están hablando en serio”.