Por Mure Dickie en Tokio
Las pequeñas y grandes empresas de la prefectura Oita del sur de Japón no están sorprendidas de escuchar que la economía nacional volvió al crecimiento entre julio y septiembre después de tres trimestres consecutivos de declinación.
Desde principios del verano (boreal), muchas compañías a través de esta prefactura en el poco elegante lado de la Isla Kyushu han estado sintiendo una reactivación desde la caída económica que sintieron tras el fuerte tsunami que golpeó la costa el 11 de marzo. “Las cosas han mejorado mucho”, dijo Hiroshi Toda, secretario general de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de la prefectura Oita.
A pesar de la salud señalada por el estimado preliminar de Tokio de una expansión de 1,5% en el PIB para el tercer trimestre, las empresas de Oita pueden difícilmente relajarse.
El regreso al crecimiento es una bienvenida confirmación de la restauración de las cadenas de suministro golpeadas por el terromoto y tsunami. También sugiere que la demanda doméstica se está recuperando de los golpes iniciales del desastre y de la crisis en la planta nuclear de Fukushima.
Pero mientras el PIB en términos reales ha luchado por volver a donde estaba antes del 11 de marzo, permanece más de 4% por debajo de los niveles alcanzados antes de que la economía cayera en recesión a mediados de 2008. Y muchos sectores sienten el persistente impacto de la crisis.
Los bañistas extranjeros aún escasean en Hyotan Hot Springs, un spa familiar en la ciudad resort de Oita, Beppu, dice Junichi Kouno, el presidente de la compañía. Precios modestos y mejoras en las instalaciones ayudaron a Hyotan a negar la importancia de la crisis de 2008, incluso registrando un récord en el número de visitas en 2010, pero el negocio se vio afectado tras el desastre.
“Desde agosto, los números han estado volviendo, pero lentamente”, aseguró Kouno, notando que incluso aunque Beppu está a cerca de 1.000 km de la planta de Fukushima, las preocupaciones sobre la radiación siguen manteniendo lejos a los visitantes extranjeros.
No son sólo las aguas termales las que aún sienten el enfriamiento. Los principales conductores de la expansión entre julio y septiembre fueron la demanda privada, la cual registró 1,1% de crecimiento, y las exportaciones, las cuales acumularon 0,4%.
Pero el alza del consumo gubernamental fue modesto y la inversión pública descendió 2,8% trimestre sobre trimestre. Y los exportadores están cada vez más alarmados respecto a la fortaleza del yen contra otras divisas.
Kiichi Murachima, economista en Citigroup Global Markets, dice que la mayor parte de la expansión del tercer trimestre vino a principios del verano. “Los datos mensuales ya han estado mostrando que la economía está perdiendo ritmo, en particular en exportaciones y producción industrial”, precisó el analista, sugiriendo que el crecimiento del PIB en los tres meses actuales es probable que se desacelere bruscamente.