Los primeros llegaron cuando todavía estaba oscuro y para las 7:30 am había una fila de más de 150 personas fuera de la iglesia en el noreste de Las Vegas, esperando que el camión del banco de alimentos descargara su cargamento de frutas, verduras y productos enlatados.
La multitud era predominantemente de latinos y afroamericanos: muchos de ellos ancianos, el resto mujeres con niños pequeños. Con la temperatura acercándose a los 35 grados, la mayoría buscó refugio en la sombra. Algunos se abanicaban con gorras de béisbol o llevaban sombrillas para protegerse del sol del desierto.
En Washington hace furor el debate sobre cómo llevar puestos de trabajo de vuelta a Estados Unidos. Pero en Las Vegas, la ciudad turística y paraíso del juego, un número alarmante de personas se concentra en de dónde vendrá su siguiente comida.
Nevada lidera en desempleo en Estados Unidos (12,4% de su población está sin trabajo) y en los embargos hipotecarios, lo que ha provocado una crisis de pobreza. El estado tiene la tasa más alta de niños cuyos padres están desempleados, según un informe de la Fundación de Annie E. Casey. También tiene la mayor proporción de niños afectados por los embargos que en cualquier otro lugar de EEUU: casi el 13% de todos los niños en Nevada han sido desalojados de sus hogares con sus familias.
Muchos de quienes están en la cola afuera de la Iglesia Asamblea Fe Viva han estado sin trabajo por más de dos años. Deanna Hudson perdió en 2009 su empleo como gerente de recursos humanos para una compañía fabricante de máquinas tragamonedas y ha pasado los últimos dos años buscando trabajo, en vano. “Todo el mundo está intentando volver a trabajar. Hay una vacante y quizás 20, 30 personas que postulan, así que es difícil. Tengo que venir aquí para conseguir alimentos”.
Durante la mayor parte de la década hasta 2008, Las Vegas fue la ciudad más rápido crecimiento en Estados Unidos. Personas acudían allí desde todas partes del país atraídas por los bajos impuestos, un mercado de bienes raíces floreciente y una abundancia de trabajos en la construcción de casinos y hoteles, trabajos como croupiers, baristas o camareras o en empresas dependientes del turismo y el ocio.
“Las Vegas ha pasado de tener el desempleo más bajo en la nación en 4% al más alto”, dice Brian Burton, presidente de Three Square, el banco de alimentos sin fines de lucro con sede en Nevada. “Somos número uno en ejecuciones hipotecarias, número uno en quiebras, número uno en desempleo [y] tenemos 300.000 personas que están preocupadas de dónde va a venir su siguiente comida”.
El desempleo en algunas partes de Las Vegas llega a más del 20%, agrega. “Uno de cada cinco niños está afectado por el hambre. Es un pensamiento perturbador y agonizante... Las Vegas es realmente el punto cero para la economía en la que estamos ahora”.
La ciudad siempre había parecido inmune a las recesiones económicas y se recuperó rápidamente de las recesiones de los ‘90 y principios de 2000. Un auge de la construcción de 20 años continuó durante ese período, lo que implicó que siempre hubiera empleos disponibles, incluso cuando el número de turistas decrecía.
“Éste ha sido un lugar que en cierta medida pasaba por alto otras recesiones”, dice Robert Lang, director del centro de pensamiento Brookings Mountain West. Pero desde la crisis financiera de 2008, “Las Vegas es probablemente la economía regional y ciudad grande más afectada en los Estados Unidos”.
El período desde la crisis financiera ha sido “algo que me gustaría olvidar”, dice Jim Murren, director ejecutivo de MGM Resorts, el grupo de resorts que es el principal empleador de Nevada y que opera casinos, entre ellos el Bellagio y el Mirage. “El desempleo se disparó, la viviendas se desplomó y los turistas, que son la sangre de Las Vegas, no vinieron tan a menudo. Cuando lo hicieron, no gastaban tanto dinero. Así que 2008, 2009 fueron años brutales, brutales”.
El colapso financiero y la crisis en los mercados de préstamos pusieron fin al auge de construcción de hoteles, lo que dejó a miles de personas buscando empleo. Se suspendieron las obras en dos proyectos multimillonarios de casinos y resort - el Echelon y el Fontainebleu. Un tercer, la torre Harmon diseñada por Norman Foster, pronto será demolida debido a problemas de construcción y preocupaciones por la seguridad. La torre ha estado vacía desde que terminó el trabajo en 2009.
Nevada tiene un largo camino por recorrer antes que los buenos tiempos regresen. María Alvarado, quien estaba en la fila para el banco de alimentos fuera de la iglesia con su bebé, dice que tenía un trabajo bien remunerado en un bar antes del accidente. “Yo solía tener una casa y ganaba US$ 5.000 al mes [antes de 2008] y la economía era genial. Es un cambio muy drástico para mí, ahora mismo. No obstante, me acostumbraré”.