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La inevitable reestructuración de la deuda griega
Por: | Publicado: Jueves 28 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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El verano se acerca y los pensamientos se vuelven naturalmente a Grecia. ¡Las islas! ¡El sol! ¡El default! El debate acerca de si Atenas necesita reestructurar su deuda (y cuando) se hace más fuerte. Y así es como debe ser. Los inversionistas no están convencidos de que el país sea solvente o de que su deuda sea sostenible. Esto debería preocupar a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional, los prestamistas de última instancia de Grecia.
El país podría tener un ratio de deuda a producto interno bruto de 170% para 2013, cuando expire el rescate UE-FMI, desde casi 135% ahora, según Capital Economics. El ratio sigue subiendo en gran medida porque el PIB denominador sigue contrayéndose: el banco central estima que la economía se contraerá 3% este año, tras un descenso de 4,5% en 2010. Eso está empujando al alza el costo del servicio de la deuda. Deutsche Bank señala que, incluso si pudiera seguir endeudándose a tasas UE-FMI, el costo anual de intereses para Grecia podría llegar a 9% del PIB, en comparación con un promedio de 3,4% para los países de la eurozona durante los 30 últimos años. El interés se tragaría 27% de los ingresos tributarios centrales cada año, en comparación con un promedio de la eurozona de 9,5%.
La deuda griega ya tiene los problemas incorporados a precios. Los bonos a dos años rendían casi 24% el miércoles, por ejemplo. Moody’s Investors Service redujo la calificación de crédito de Grecia a comienzos de marzo a B1; casi 20% de los deudores con esa nota incumplen. La calidad de crédito del país está tan inmersa en territorio subgrado de inversión es difícil ver a los inversionistas habituales en bonos del gobierno comprando nueva deuda griega. Una transferencia fiscal enorme y políticamente inaceptable de la eurozona a Grecia podría reequilibrar sus finanzas. Salvo eso, una reestructuración parece inevitable.
El país podría tener un ratio de deuda a producto interno bruto de 170% para 2013, cuando expire el rescate UE-FMI, desde casi 135% ahora, según Capital Economics. El ratio sigue subiendo en gran medida porque el PIB denominador sigue contrayéndose: el banco central estima que la economía se contraerá 3% este año, tras un descenso de 4,5% en 2010. Eso está empujando al alza el costo del servicio de la deuda. Deutsche Bank señala que, incluso si pudiera seguir endeudándose a tasas UE-FMI, el costo anual de intereses para Grecia podría llegar a 9% del PIB, en comparación con un promedio de 3,4% para los países de la eurozona durante los 30 últimos años. El interés se tragaría 27% de los ingresos tributarios centrales cada año, en comparación con un promedio de la eurozona de 9,5%.
La deuda griega ya tiene los problemas incorporados a precios. Los bonos a dos años rendían casi 24% el miércoles, por ejemplo. Moody’s Investors Service redujo la calificación de crédito de Grecia a comienzos de marzo a B1; casi 20% de los deudores con esa nota incumplen. La calidad de crédito del país está tan inmersa en territorio subgrado de inversión es difícil ver a los inversionistas habituales en bonos del gobierno comprando nueva deuda griega. Una transferencia fiscal enorme y políticamente inaceptable de la eurozona a Grecia podría reequilibrar sus finanzas. Salvo eso, una reestructuración parece inevitable.