Desde que comenzó la crisis terremoto-tsunami-nuclear se desató el 11 de marzo, el uniforme estándar para los ministros del gabinete japonés ha sido una chaqueta azul del estilo visto con más frecuencia en aseadores u operarios fabriles.
Ahora, sin embargo, Yukio Edano, secretario jefe de gabinete y hombre punta del gobierno, dice que puede ser momento de volver a un atuendo más normal.
“Quienes trabajamos en el gobierno sabemos que tarde o temprano tendríamos que cambiar nuestras chaquetas”, comenta Edano en una entrevista. “Estoy pensando en cambiarme al tipo regular de traje de negocios”.
Este cambio de vestuario tendría un significado más que aparente. La adopción de los ministros de chaquetas azules busca mostrar que están en ánimo de crisis y expresar solidaridad con los trabajadores de emergencia y los ingenieros que buscan aliviar el sufrimiento de las víctimas del tsunami y contener la crisis nuclear.
Pero un retorno a la ropa normal simbolizaría un retorno a una atmósfera más normal en partes relativamente indemnes del país y podrían ayudar a reducir el daño económico causado por la ansiedad que suprime la demanda de los consumidores.
Los dueños de restaurantes y conductores de taxi en Tokio, por ejemplo, dicen que las ventas se han hundido desde el terremoto. Los observadores responsabilizan a las preocupaciones por la crisis nuclear y a las posibles réplicas y a la extendida adopción de jishuku, o “autocontención”, adoptado sobre la base de que es inapropiado celebrar cuando las personas en la zona del desastre están sufriendo.
Tal autocontención ha sido valiosa para aliviar la tensión en la mermada oferta eléctrica en el área de Tokio, con personas y empresas apagando las luces innecesarias, calefactores y puertas automáticas para ahorrar poder. Pero Edano dice que demasiado jishuku puede ser dañino, alabando un reciente partido de fútbol para caridad y la reanudación de los juegos de béisbol como pasos de vuelta a la normalidad.
“Poco a poco, uno puede ver estas pequeñas acciones aquí y allá, y creo que eso estimulará la economía”, dice. “Si la economía nipona puede estimularse y crecer, eso a su vez podría traducirse en más capacidad para apoyar a la asolada área de Tohoku”.
Las frecuentes conferencias de prensa de Edano, como vocero del gobierno, se han convertido en la principal fuente de información para el público acerca de los hechos en la planta generadora Fukushima Daiichi. Y el dominio del ex abogado del detalle técnico y su entrega directa han ayudado a apoyar a una administración que antes del terremoto sufría de niveles de aprobación muy bajos en las encuestas.
El apoyo público parece haber aumentado desde el desastre, aunque los sondeos muestran que los votantes no están impresionados por el manejo del gobierno de la crisis nuclear.
Edano reconoce que la comunicación entre el gobierno, la criticada compañía Tokyo Electric Power y la planta misma no fue “satisfactoria” tras el maremoto que barrió con sus sistemas de refrigeración de respaldo.
Él insiste en que el primer ministro Naoto Kan ha conseguido desde entonces mejorar el flujo de información con una exasperada visita a Tepco -en la que en cierto punto el premier exigió a los ejecutivos que le dijeran “qué diablos” estaba pasando- e insistiendo en que un asistente especial tenga acceso completo a la casa matriz de la eléctrica.
Pero las dudas públicas sobre Tepco quedarán confirmadas por la sugerencia de Edano de que el gobierno aún está teniendo que hacer peticiones frecuentes para asegurar que la firma comparte toda la información. Un repunte en la confianza pública exigirá evidencia de un progreso real en la batalla contra el recalentamiento y las filtraciones de radiación de los reactores y las barras de combustible usados.
Eso tomará tiempo - semanas al menos para una estabilización básica y más, mucho más para una resolución final. El secretario jefe del gabinete es el primero en advertir contra la complacencia y el exceso de optimismo. La batalla por enfriar los reactores y el combustible de Fukushima Daiichi ha enfrentado escollos frecuentes, con los remedios intentados a menudo creando nuevos problemas.
Así que incluso si Edano marca el inicio del nuevo año fiscal japonés como planeaba, con un cambio a vestuario tradicional de negocios, dice que mantendrá su tenida de emergencia al alcance de la mano- “Si es necesario, me pondré inmediatamente de nuevo esta chaqueta”, dice.