Por guy dinmore en roma
Italia combatió la crisis de la eurozona que asotó sus costas la semana pasada, aprobando un plan de austeridad a tres años a velocidad récord, pero las autoridades advirtieron que el gobierno de Silvio Berlusconi no tenía planes de contingencia para lidiar con más ataques del mercado y que dependería de Bruselas contener la marea.
La coalición de centro derecha sobrevivió a un voto de confianza el viernes por 316 a 284 en la cámara baja del parlamento. El Congreso entonces votó por medidas para recortar el déficit que suman US$ 45.000 millones para 2014.
Pero los analistas y los comentaristas de medios de comunicación no estaban ilusionados con que el paquete de austeridad detendría la avalancha después de que los rendimientos de bonos italianos a diez años se elevaron a un récord de la era del euro de más de 6%, para atenuarse a 5,7% el viernes. El Banco de Italia advirtió que el spread sobre bonos alemanes, cercano a 300 puntos base el viernes, crearía serios problemas para las finanzas públicas si estos persistían.
De acuerdo con la última información del banco central, la deuda pública italiana alcanzó un máximo récord de casi US$ 1.900 millones en mayo -casi 120% del PIB y casi tres veces la deuda de Grecia, Portugal e Irlanda combinadas.
“No hay plan B”, un oficial dijo consultado sobre cómo Roma respondería si las condiciones de mercado se deterioran, esta semana. El gobierno, agregó, ha hecho su deber en aprobar el paquete en tiempo récord.
“La solución para un potencial nuevo ataque especulativo sobre el euro tiene que ser hallada en Bruselas”, añadió el oficial, haciendo eco del ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, que implícitamente advirtió a Alemania de que ni los “pasajeros de primera clase del Titanic serían salvados” si Bruselas y Berlín continuaban vacilando sobre soluciones de rescate para Grecia.
Tremonti mostró su autoridad aprobando un presupuesto impopular. Al mismo tiempo, los inversionistas fueron sacudidos por una administración disfuncional con Berlusconi, el primer ministro, tratando de desautorizar a su Ministerio de Finanzas entre miedos de que los recortes de gasto y las alzas de impuesto puedan condenar a la centro-derecha al fracaso en las elecciones de 2013.
Las afimarciones de Berlusconi de que él fue el que salvó a Italia de la crisis “sin meter las manos del gobierno en los bolsillos de los italianos” ya no corre. Desde hoy los primeros recortes de sentirán con tarifas de hasta 20 euros por visitas ambulatorias a los hospitales.
Los escándalos de corrupción que enlodan a los ministerios y miembros del parlamento, además de los propios juicios a Berlusconi, también han reducido la credibilidad del gobierno. “Protegidos y sin castigo, se atreven a demandar sacrificios del país. Hay que reducir los costos, afirman, excepto los de ellos mismos, naturalmente”, dijo el editor del diario Il Fatto, Antonio Padellaro.
Berlusconi desapareció de la vida pública por casi una semana, resurgiendo sólo brevemente el viernes para votar, reforzando la impresión de un gobierno desordenado, al señalar que había estado muy alejados de las responsabilidades nacionales.