Por D. Oakley y K. Hope Londres/Atenas
Un importante grupo de acreedores privados acordó ayer participar en el multimillonario canje de deuda de Grecia en un paso adelante para Atenas, a medida que el país lucha por evitar un default.
Pero fuentes en Atenas cercanas al proceso dijeron que todavía creen que se tendrán que aprobar las cláusulas de acción colectiva para asegurar que el nivel de participación sea suficientemente alto como para asegurar que el canje de 206 mil millones de euros tenga éxito, pese a las optimistas declaraciones del ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, de que la participación superaría el 90%.
Venizelos llamó ayer a los tenedores privados de bonos para que se sumen al proceso señalando que su “meta es llegar cerca de una participación universal. Nadie debe esperar que habrá una segunda oferta que incluya estos elementos”.
Una persona con conocimiento del proceso dijo que la participación probablemente no supere el rango de 75% a 80% pero que si las cláusulas son activadas ese nivel podría subir a un rango de 90% a 95% y el canje se completaría el próximo lunes como estaba planeado.
“Es casi seguro que las cláusulas serán activadas luego de que la oferta se cierre el jueves por la noche”, dijo la misma fuente.
Doce bancos, compañías de seguros, gestores de fondos y fondos de cobertura en el comité de lobby del Institute of International Finance dijeron ayer que participarían en el intercambio de bonos.
Los miembros del comité del IIF incluyen a BNP Paribas, Deutsche Bank, el Banco Nacional de Grecia, Allianz y Greylock Capital Management.
El IIF dijo que esto representa una parte “considerable” de los 206 mil millones de euros de bonos griegos en manos del sector privado que los bancos que están administrando el canje intentan sumar al proceso.
Aunque este es un importante avance, la mayoría de los analistas ya esperaba que estos grupos participaran en el canje, que involucra el intercambio de los actuales bonos por otros de mayor maduración y menores cupones. Para muchos expertos, el éxito de la operación se centra en que otros acreedores se sumen.
Venizelos afronta oposición de los gestores y directores de varios fondos estatales de pensiones griegos, que tienen cerca de 30 mil millones de euros en bonos del gobierno. Estos actores reclaman que el banco central griego invirtió sus reservas en bonos sin consultarles.
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