Por Hugh Carnegy en Paris
Francia insistió el lunes que seguía prestando en los mercados internacionales a tasas favorables y no se movería de su compromiso para reducir su deuda después de sufrir una nueva amenaza a su apreciada calificación triple A.
La advertencia de Moody’s siguió una reciente brusca alza en el rendimiento de los bonos franceses provocado por las crecientes preocupaciones de los inversionistas respecto a la deuda soberana europea.
“Los elevados costos de préstamos persistiendo por un extendido período amplificarán los desafíos fiscales que enfrenta el gobierno francés en medio de unas deterioradas perspectivas de crecimiento, con implicancias negativas de crédito”, dijo la agencia de calificación en una nota.
Francois Baroin, el ministro de finanzas francés, respondió con dureza, diciendo que las actuales tasas de interés alcanzadas por Francia “corresponden a condiciones financieras que son muy favorables”.
Afirmó que recientes medidas de emergencia presupuestarias fueron diseñadas para evitar dañar el crecimiento. Él subrayó “una vez más el objetivo intocable de reducir el déficit público”.
En un comunicado a Reuters, la oficina de manejo de deuda francesa AFT dijo que la tasa promedio de financiamiento de Francia para deuda de mediano y largo plazo para los primeros 11 meses del año se mantuvo a 2,78%, su segundo nivel más bajo desde la creación del euro.
Pero la semana pasada el rendimiento de los bonos franceses a diez años subió a 3,7%, aún debajo de los niveles que pagan Italia y España pero causando la prima -o spread- sobre los bonos alemanes alcanzaran los 200 puntos base, un récord en la era del euro y un nivel al que Italia estuvo sólo hace cuatro meses.
Los rendimientos franceses se intercambiaron por debajo de estos niveles el martes pasado. Pero los analistas y los economistas dicen que los mercados estaban valorándolos en la eventual rebaja francesa.