Por lan Beattie en Washington
La turbulencia política y los problemas por la deuda soberana de Europa y Estados Unidos están revirtiendo la recuperación en el sistema financiero global por primera vez desde el punto más bajo de la crisis de 2008, advirtió el Fondo Monetario Internacional.
En su informe sobre estabilidad financiera global, difundido el martes en vísperas del encuentro anual del FMI, la entidad estimó que la crisis de la deuda soberana europea ha costado 200.000 millones de euros (US$ 275.000 millones) desde 2010, un análisis que provocó una agria disputa con los gobiernos de la eurozona.
Los responsables de las políticas económicas en Europa cuestionaron duramente los cálculos del FMI.
Un funcionario francés dijo: “Creemos que el método es errado, han usado cifras que no se corresponden y no toman en cuenta lo positivo, sólo lo negativo”.
El informe del FMI indica que los riesgos de crédito, de mercado y de liquidez han aumentado desde el reporte previo en abril. Agregó que las condiciones monetarias son el único aspecto de la estabilidad del mercado financiero que no ha empeorado.
Aunque la eurozona tomó medidas importantes para enfrentar la crisis, como el acuerdo anunciado el 21 de julio para suministrar más ayuda financiera a Grecia, “las diferencias políticas al interior de las economías que sufren los ajustes y entre las economías que otorgan el apoyo han impedido alcanzar una solución duradera”.
El reporte también indicó que aunque todavía no se ha reflejado en los rendimientos del Tesoro, el estancamiento político por el límite a la deuda estadounidense en agosto aumentó la volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros.
El informe se suma a varias advertencias de esta semana en todo el mundo de que la lenta e incierta resolución de la crisis de deuda soberana de Grecia amenaza con desbordarse y causar un desajuste económico global.
Los gobiernos de la eurozona han sido acusados de dejar que la situación griega empeore más que ayudar a “curar la herida” forzando a Atenas a reestructurar su deuda. Una medida de este tipo dañaría los balances de muchos bancos de la eurozona que poseen bonos públicos griegos.
El FMI estima que, en base al movimientos de los diferenciales en los seguros de impago de deuda (CDS, sigla en inglés) y la caída de los precios de los bonos soberanos en los atribulados países de la periferia de la eurozona desde que la crisis comenzó el año pasado, el valor de las posiciones de los bancos de la UE se redujo en 200.000 millones de euros.
El Fondo agregó que el golpe a los balances llegaría a 300.000 millones de euros si se tomara en cuenta el efecto en las posiciones recíprocas de los bancos.