Robert Armstrong
Las acciones de los bancos estadounidenses se han disparado en los últimos meses ante las expectativas de que las ganancias aumenten junto con las tasas de interés a más largo plazo, que se mueven a la par de los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años. Sin embargo, algunos analistas señalan que el optimismo puede ser exagerado y la rentabilidad bancaria sigue bajo presión.
El argumento alcista para los bancos es que el aumento de las tasas a largo plazo, junto con las bajas tasas a corto, crea una curva de rendimiento pronunciada, lo que significa que los costos de depósito de los bancos son bajos y sus rendimientos sobre préstamos y valores son altos, lo que implica amplios márgenes de ganancia.
Pero los productos bancarios, como los préstamos comerciales, están más estrechamente vinculados a las tasas cortas que a las largas, y la Reserva Federal ha señalado su determinación de mantener bajas estas tasas. El desafío que esto plantea es evidente en las estimaciones de ganancias de Wall Street, que muestran que las proyecciones de utilidades para los grandes bancos en 2022 se mantienen cerca de los niveles de 2019.
Marty Mosby, analista bancario de Vining Sparks, ha recomendado que los clientes que se han beneficiado del repunte de las acciones bancarias reduzcan su exposición antes de los informes de ganancias del primer trimestre, que se publicarán el próximo mes.
"Los bancos suelen tener dos tercios de sus balances en activos de cinco años o menos; la gente se emociona cuando sube el bono a diez años, pero la parte de la curva que importa no va a ninguna parte”, explicó.
El director financiero de un gran banco de EEUU dijo a Financial Times que entre 60% y 75% de los ingresos netos por intereses de su banco eran sensibles a la tasa de los fondos federales, la tasa de préstamos a un día que marca la Fed, y el resto a tasas a más largo plazo.
Los precios de los préstamos comerciales siguen siendo débiles, ya que están vinculados a tipos cortos y los diferenciales de crédito siguen siendo reducidos. “Los préstamos comerciales cotizan en Libor o en la tasa prime, y ahí es donde no hemos visto mucho progreso”, aseguró Jeff Harte de Piper Sandler.
Normalmente, las tasas más altas a largo plazo sugieren que las tasas cortas aumentarán con el tiempo, pero en este ciclo la Fed planea anclar las tasas cortas incluso si la inflación supera el objetivo. Además, los costos de los depósitos ya son casi cero para muchos bancos, por lo que los ahorros de costos derivados de la caída de las tasas durante la pandemia se han visto superados por las pérdidas.
Como resultado, Chris Whalen, de Whalen Global Advisors, cree que es probable que los rendimientos de los activos bancarios caigan entre cinco y diez puntos básicos durante el próximo año, una disminución significativa dado que dichos rendimientos rondan el 1%.
De todos modos, los inversionistas han tratado el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años como una señal para comprar acciones de bancos. Desde que los rendimientos tocaron fondo en agosto pasado, el índice bancario KBW ha subido dos tercios, triplicando el rendimiento del S&P 500.
La correlación entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años y las acciones bancarias ha estado por encima de 50% desde agosto, lo que significa que aproximadamente la mitad del aumento de las acciones bancarias se puede explicar por los rendimientos. La correlación con tipos más cortos ha sido más débil.
Eric Hagemann, de Pzena Investment Management, mencionó que los bancos también se han recuperado porque negocian con un gran descuento en el mercado y están a punto de liberar las enormes reservas para pérdidas por préstamos que dejaron a un lado durante la crisis del Covid-19. Además, cree que las acciones podrían obtener valoraciones más altas "cuando la gente se dé cuenta de lo resistentes que han sido los bancos".
Para varios de los bancos más grandes (Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, US Bancorp y M&T), los analistas esperan que las ganancias en 2022 sean estables o inferiores a las de 2019.
Se espera que JPMorgan Chase aumente las ganancias con mayor fuerza, con un crecimiento total de solo 12% entre 2019 y 2022. También recortó su perspectiva de ingresos por intereses en febrero, citando saldos de tarjetas e hipotecas más bajos. Asimismo, los volúmenes de préstamos deberían "normalizarse" para fin de año.