El BCE se esfuerza por tranquilizar al mercado
Esta semana se cumplen cuatro años desde que Jean-Claude Trichet...
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Esta semana se cumplen cuatro años desde que Jean-Claude Trichet y el Banco Central Europeo por primera vez salieron a la ayuda de los mercados financieros.
Poco podrían haber imaginado entonces la mayoría de los expertos, o hasta el mismo Trichet, que el BCE todavía estaría haciendo la guerra a las fuerzas del temor y de la iliquidez cuatro años después.
Hoy el BCE ofrecerá sus primeros préstamos a seis meses en más de un año, mientras que ayer se adentró en el mercado de bonos soberanos de Italia y España.
Los bonos de estos países saltaron bruscamente, pero en otras partes las señales de éxito por la renovada campaña del BCE fueron escasas.
Los indicadores de financiamiento interbancario se mantienen elevados y el uso de la facilidad de depósito a un día del BCE, donde los bancos pueden dejar efectivo con tasas de castigo, está en un máximo de seis meses, lo que implica que los bancos prefieren guardar en vez de prestar. En general, las acciones han caído en la estampida por los bonos del Tesoro, los bonos alemanes, el franco suizo y el oro. Sería fácil desestimar la violencia de estos movimientos como pánico, pero sería un error. Son extremos, pero también reflejan la continua reducción de las esperanzas de crecimiento después de muchas cifras malas difundidas recientemente .
Por ejemplo, hay que ver el precio del oro en dólares australianos. El oro alcanzó un récord nominal ayer en términos de dólares estadounidenses, un alza de casi 5% este mes, debido a su estatus de refugio. Sin embargo, el oro en términos de dólares australianos muestra un alza de 11% este mes, lo que refleja la escala de ambos factores: la reducción del crecimiento y la búsqueda del refugio.
Las acciones de Trichet en 2007 le ganaron aplausos, pero la reacción displicente del mercado hacia las últimas jugadas del BCE muestran cómo han crecido las expectativas de los inversionistas.
Cercano a sentir esto estará la Reserva Federal, que se reúne hoy. El banco central de Estados Unidos tiene un hábito de hacer muy poco a comienzos de agosto, prefiriendo esperar hasta después de su simposio en Jackson Hole a fines de mes.
Este año, los mercados podrían no permitirle ese período de gracia.