FT
Egipto después del golpe económico
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 22 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
¿Cómo orientar una economía después de una revuelta popular? La pregunta es urgente para el nuevo régimen en Egipto y de interés para los potenciales nuevos gobernantes de muchos países en desarrollo. Es más fácil rechazar malas respuestas que encontrar buenas.
Los líderes de Egipto podrían verse tentados a ignorar la economía. Las protestas no fueron principalmente económicas, sino contra un presidente autocrático. Además, el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas ubica a Egipto encima de India e Indonesia y sus indicadores de desarrollo han mejorado en los últimos 30 años.
Sin embargo, el IDH no incluye el desempleo, probablemente la causa más significativa del dolor económico de los países pobres. En Egipto, el 40% de los jóvenes está sin empleo, una de las tasas más altas del mundo. El Fondo Monetario Internacional estima que la producción tiene que crecer un 6,5% anual durante una década -más rápido que el registro reciente en Egipto- para reducir el desempleo a un nivel aceptable.
Los gobiernos que presiden a poblaciones inquietas a menudo tratan de sobornarlos con subsidios y planes de creación de empleo. Eso va en la dirección equivocada. Los subsidios alimenticios, que cuestan al gobierno egipcio alrededor de 2% del PIB, puede ser necesarios, pero son un mal uso de los recursos. En cuanto a empleos, el gobierno egipcio aporta el 70% del empleo no agrícola. Es necesario retroceder, no avanzar más.
La dirección correcta para las economías menos desarrolladas es hacia el fortalecimiento de las instituciones. Esto requiere políticas para combatir la corrupción y el amiguismo y apoyar a las instituciones civiles no gubernamentales. El antiguo régimen en Egipto las ahogó. Como señala Dani Rodrik, un economista especialista en desarrollo, esta agenda no requiere la demolición de todas las estructuras existentes, pero no debe interferir demasiado con otras nuevas. China y otros tigres asiáticos han demostrado que puede hacerse. Los nuevos gobernantes de Egipto tienen la oportunidad de aprender de su experiencia.