D. Sebastopulo en Washington y M. Peel en Bruselas
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) van a reactivar una iniciativa conjunta para hacer frente a una China cada vez más asertiva, poco después de acordar con Reino Unido y Canadá una serie de sanciones contra funcionarios de ese país por abusos a los derechos humanos en la provincia de Xinjiang.
El secretario de Estado de EEUU Antony Blinken relanzará mañana miércoles en Bruselas un diálogo sobre China con el jefe de política exterior de la Unión Europea Josep Borrell, informaron personas familiarizadas con el plan.
El diálogo se estableció justo antes de que Donald Trump perdiera la campaña para su reelección en noviembre, pero no logró ganar terreno, en parte, debido a la frustración por el acercamiento del expresidente. El Departamento de Estado declinó hacer comentarios.
La decisión de renovar el diálogo, que se centrará en áreas como los derechos humanos y la seguridad, llega dos meses después de la toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos en un momento crucial para las relaciones entre Washington y Beijing.
Además de imponer sanciones por el trato a la minoría de musulmanes uigures en Xinjiang el lunes, Estados Unidos anunció la semana pasada duras medidas contra funcionarios chinos y de Hong Kong por socavar la autonomía del centro financiero. La última decisión se dio a conocer antes de las conversaciones entre Blinken y Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, y altos funcionarios chinos en Alaska que derivaron en un poco habitual confrontación pública.
La experta en relaciones de la UE y Asia del Instituto Clingendael, Maaike Okano-Heijmans, señaló que los gobiernos europeos estaban preocupados antes del enfrentamiento de la semana pasada sobre si podrían cooperar con Estados Unidos dado el consenso bipartidista más duro hacia China que predomina hoy en Washington.
"El enfoque de Biden es diferente porque se trata de multilateralismo. Eso es positivo, pero Alaska demostró que el tono podría ser más duro de lo que algunos esperaban. Me pregunto si eso hará que los europeos se preocupen un poco más", agregó.
Un alto funcionario estadounidense enfatizó que la disputa de Blinken con Yang Jiechi, el principal funcionario de política exterior de China, no significa que Washington no esté dispuesto a cooperar con Beijing.
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"Todo el teatro en torno a las declaraciones iniciales no reflejó las discusiones más civilizadas, sinceras y sustantivas que vinieron después. Tenemos claro con otras naciones que no deberían estar obligadas a elegir entre Estados Unidos y China y que trabajaremos con China cuando evaluemos que es en interés del pueblo estadounidense", aseguró.
Repercusiones comerciales
La Unión Europea instó a Estados Unidos a trabajar con sus aliados para enfrentar a China durante la administración Trump. Sin embargo, el bloque también ha tratado de evitar ser percibido como parte de una alianza global antiChina, manteniendo su política de 2019 de verlo simultáneamente como un socio, un competidor económico y un "rival sistémico", una combinación que ha irritado a Beijing. China tomó represalias contra las medidas por Xinjiang imponiendo sus propias sanciones a instituciones, legisladores, grupos de expertos y académicos de la UE.
Todo esto ha complicado los esfuerzos para elaborar un enfoque común de la UE, que se decide por consenso entre los 27 estados miembros.
"Ahora que hay una administración estadounidense que ha dicho que realmente quiere trabajar estrechamente (con sus aliados), ¿estará Europa dispuesta a aceptar un sí como respuesta?" planteó Lindsay Gorman del grupo de expertos German Marshall Fund en Estados Unidos.
Una persona familiarizada con el esfuerzo entre Estados Unidos y la UE hacia China mencionó que ambas partes están comprometidas a trabajar juntas en temas como los estándares para la inteligencia artificial y las cadenas de suministro. Añadió que no hay indicios de que el equipo de Biden adoptaría un enfoque tipo "a mi manera o de ninguna manera" que podría dificultar la cooperación.
Eric Sayers del grupo de expertos American Enterprise Institute, señaló que Estados Unidos debería concentrarse en obtener victorias con sus aliados en "aspectos pequeños, pero importantes", como los derechos humanos, las cadenas de suministro y la coerción económica china.
"Biden enfrenta el clásico problema ricitos de oro con los aliados de Estados Unidos por China: ni demasiado caliente ni demasiado frío. Los europeos han dicho que quieren hacer más, pero eso ahora significa que se verán obligados a alinearse públicamente con Estados Unidos", agregó.
Los gobiernos europeos ya han tomado medidas contra Beijing. Bajo la presión de Estados Unidos durante la administración Trump, algunos países impusieron restricciones al acceso del grupo de telecomunicaciones Huawei al mercado, y se han vuelto más atentos al espionaje chino.
La UE también está trabajando con Estados Unidos y Japón para presionar por cambios en la Organización Mundial de Comercio (OMC) que apunten a las actividades chinas en áreas como los subsidios industriales.
Pero el comercio es un área en la que las opiniones divergentes entre los países de la UE hacen que sea más difícil enfrentarse a China. Hungría desea cultivar sus lazos con Beijing, y Alemania, la mayor economía del bloque, no quiere perjudicar sus exportaciones al mayor mercado automotor del mundo.
“Biden va a presionar a Europa para que se sume a su postura dura hacia China”, comentó Noah Barkin, de la consultora Rhodium Group. “Esto significará algunas decisiones muy difíciles para Bruselas, Berlín y París. La semana pasada demostró que caminar por la cuerda floja entre Washington y Beijing está a punto de volverse mucho más difícil", sostuvo.
Tambalea acuerdo de comercio
Se suponía que el acuerdo de inversión entre la UE y China alcanzado en diciembre mostraría que las relaciones aún podían ser constructivas. El pacto se completó a pesar de las preocupaciones sobre sus disposiciones en materia de derechos humanos y laborales y las críticas de que le dio a China una enorme victoria diplomática pocas semanas antes de la toma de posesión de Biden, cuyo equipo no estaba contento con el arreglo.
Pero las prohibiciones de viajes que China impuso a cinco eurodiputados, después de la imposición de las sanciones a Xinjiang, han generado dudas sobre si el Parlamento Europeo aprobará ahora el acuerdo.
"Tratar de silenciar a esta institución solo puede ser contraproducente", tuiteó el presidente del comité de comercio del parlamento, Bernd Lange, que está examinando el acuerdo, después de la represalia china.
“Se siente como si se hubiera roto una presa en Bruselas. China está llevando a Europa a los brazos de Estados Unidos”, aseguró Theresa Fallon, experta en relaciones UE-China y fundadora del Centro de Estudios Rusia Europa Asia.
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