Por Stephanie Kirchgaessner en Washington
Se espera que los legisladores demócratas adopten una línea más dura contra los republicanos cuando los partidos entren en una segunda ronda de negociaciones para identificar ahorros por US$ 1,5 billón para fines de noviembre, acrecentando las probabilidades de alzas de impuestos sustanciales para los más acaudalados y algunas empresas.
Esto marcaría un contraste con las tortuosas conversaciones por el reciente aumento en el techo de la deuda de EEUU, en las cuales los demócratas, encabezados por Barack Obama, fueron vistos como cediendo a las demandas de los legisladores republicanos de línea dura, en parte porque muchos en la oposición parecían decididos a permitir que EEUU cayera en default, lo que les dio ventaja. El llamado de Obama a un “enfoque balanceado” en esas conversaciones se vio debilitado porque nadie creía que dejaría la mesa negociadora.
Ahora, observadores en Washington dicen que los seis legisladores demócratas que se nombrarán para el panel de doce miembros que debe encontrar los ahorros ya tienen una mejor mano.
Bajo los términos del acuerdo que permitió elevar el techo de la deuda, siete de los doce miembros del “super comité” deben acordar un plan para recortar los déficit futuros en US$ 1,5 billón para el 23 de noviembre.
La rebaja en la calificación de crédito estadounidense anunciada por S&P añadió presión a los partidos para que negocien un acuerdo presupuestario amplio. Si se logra, el plan será votado por ambas cámaras del Congreso. Pero, si el comité no logra un acuerdo, hay un “gatillo” fiscal que se activa para recortar automáticamente US$ 1,2 billón en gasto doméstico y en defensa. Las autoridades de la Casa Blanca dijeron que este “gatillo” estaba diseñado para repartir el dolor entre los demócratas, que en teoría no querrán ver recortes de US$ 600 mil millones a programas domésticos, y los republicanos, que tampoco querrán ver recortes de
US$ 600 mil millones en defensa.
Pero muchos están comenzando a cuestionar ese planteamiento. Si los republicanos se niegan a discutir alzas de impuestos, como han dicho repetidamente, algunos analistas creen que el gatillo es la mejor opción para los demócratas.
Eso, porque los recortes establecidos exceptuarían a programas importantes para los demócratas como Medicare y Medicaid, y la Seguridad Social. “Si un aumento en los ingresos, no hay razón para que los demócratas cedan. Son los mejores recortes que van a ver”, dice Tom Davis, ex legislador republicano por Virginia.
Al mismo tiempo, cambios en la dinámica entre las filas de los republicanos y las posturas cada vez más aislacionistas del Tea Party implican que es probable que haya divisiones internas respecto de lo lejos que debe ir el partido para proteger el presupuesto de defensa, que alguna vez fue sacrosanto para los republicanos.