Una revuelta en una estación de policía en la intranquila región occidental de Xianjiang en China fue catalogada como un “ataque terrorista organizado” por Beijing, pero un grupo político exiliado dijo que el incidente comenzó cuando la policía abrió fuego sobre manifestantes desarmados.
Reportes de la prensa china oficial dijeron que “amotinados” cargando “aparatos explosivos y granadas” irrumpieron en una oficina gubernamental local y una estación de policía en Hotan, un remoto pueblo oasis de la Ruta de la Seda, el lunes, matando al personal de seguridad y a dos rehenes.
Informes de prensa estatal dijeron que la policía “abatió a tiros a varios amotinados” después de que irrumpieran en la estación de policía y prendieran fuego al recinto.
Sin embargo, el Congreso Mundial Uyghur, un grupo político exiliado con base en Alemania que aboga por la independencia de China para la región de mayoría musulmana de Xinjiang, aseguró que el incidente comenzó después de que la policía disparara a más de 100 manifestantes pacíficos Uighur.
El grupo, que afirmó que recibió la información de fuentes en Hotan, dijo que los manifestantes exigían conocer el paradero de sus parientes que fueron capturados por la policía en semanas recientes. Denunció que al menos 20 personas fueron asesinadas cuando la policía disparó contra los manifestantes, otros doce fueron heridos gravemente, incluyendo a una niña de once años, y más de 70 personas fueron arrestadas.
El incidente parece ser el peor estallido de violencia en la región desde que brotaron los motines étnicos en la capital regional de Urumqi en 2009, dejando casi 200 muertos y 1.700 heridos.
China impone restricciones estrictas en las actividades culturales y religiosas en la región, castigando severamente cualquier señal de discrepancia y regularmente castiga cualquier expresión de descontento, ya sea pacífico o violento.