Por Alan Beattie
El arresto de Dominique Strauss-Kahn puede tener poco efecto inmediato en las operaciones del Fondo Monetario Internacional. Pero podría obligar a los países miembros a enfrentar temas más amplios respecto de la influencia europea en el Fondo, cuando se prepara para extender más rescates enormes a Europa occidental.
“Puede que en el corto plazo esto no signifique mucho para las negociaciones de la eurozona, ya que la pelota la tienen los europeos, que buscan una propuesta de financiamiento”, comentó Simon Johnson, ex economista jefe del FMI y ahora profesor en el MIT. Pero, dijo, “puede abrir la pregunta de quién dirige el FMI”. Strauss-Khan, ex ministro francés de Finanzas con excelentes conexiones políticas, fue una vez descrito por Johnson como “Metternich con una BlackBerry”, haciendo mención del gran diplomático europeo del siglo 19. Strauss-Kahn revivió la relevancia del FMI durante la crisis financiera global.
Eswar Prasad, ex director de la división china del FMI, dice que su probable alejamiento “es un golpe directo para el FMI, que tendrá problemas para encontrar otro abogado tan efectivo y hábil para mantener a la institución en el corazón del sistema monetario global”. Si renuncia demasiado pronto, adelantará la pregunta de la dirección ejecutiva del FMI, que tradicionalmente ejerce un europeo, a la luz de los créditos de rescate para Grecia, Irlanda, y ahora Portugal. Se pensaba que Strauss-Kahn renunciaría en los próximos meses, pero Johnson dijo que una salida prematura y dramática complicaría cualquier plan para instalar otro director europeo. Designar a otro director ejecutivo europeo en este punto podría alimentar el resentimiento en los gobiernos de mercados emergentes. En privado, algunos han cuestionado el tamaño de algunos de los programas del FMI para Europa y el cofinanciamiento de programas de crédito diseñados en gran medida por las autoridades de la eurozona.
Prasad dijo que las autoridades de mercados emergentes veían un contraste con las duras condiciones impuestas a deudores emergentes. “El programa con Grecia estaba poniendo al FMI en una posición cada vez más incómoda con los mercados emergentes, que ven esto como un ejemplo más de tratamiento asimétrico”, comentó Prasad.No faltan posibles candidatos creíbles de países emergentes. Uno es Kemal Dervis, quien como ministro de Hacienda de Turquía evitó la quiebra soberana del país con la ayuda de un rescate del FMI en 2000-2001, y ahora dirige el programa de economía global en la Brookings Institution en Washington. “Para mí, Kemal Dervis sería un muy buen candidato. Está a la mano y tiene un historial sólido”, dijo Johnson. Otra posibilidad creíble, agregó, es Agustín Carstens, gobernador del banco central mexicano y ex subdirector ejecutivo del FMI.
Stanley Fischer, ex segundo al mando en el FMI y gobernador del Banco de Israel, es otra opción. Un grupo de países en desarrollo propuso su nombre para el cargo cuando quedó vacante en 2000. Trevor Manuel, ex ministro de Hacienda de Sudáfrica, quien encabezó una comisión sobre el futuro del FMI, también podría ser un contendor, igual que Montek Singh Ahluwalia, vicepresidente de la comisión de planificación de India y ex director de la oficina de evaluación independiente del FMI. Aunque el resultado es incierto, la probabilidad de que el FMI sea encabezado por un candidato de un país en desarrollo es mayor ahora que en cualquier otro momento en la historia.