Por Jude Webber
La economía chilena no está sobrecalentándose, pese a anotar un crecimiento en el primer trimestre que fue el más alto en 15 años, dice José de Gregorio, presidente del banco central del país.
Aunque el banco seguirá subiendo las tasas de interés, él dijo a Financial Times que probablemente lo hará a un ritmo más lento que los aumentos de 50 puntos base vistos en cada uno de los últimos tres meses, que en algunos casos pillaron por sorpresa al mercado.
El producto interno bruto creció 9,8% en el primer trimestre, la mayor expansión año sobre año desde el cuarto trimestre de 1995, según datos publicados esta semana. Pero eso se compara con el primer trimestre del año pasado, cuando Chile estaba recogiendo los pedazos tras un terremoto devastador, comentó De Gregorio en una entrevista telefónica, así que el resultado estaba en línea con el pronóstico 2011 del banco de una expansión entre 5,5% y 6,5%.
La robusta tasa de crecimiento, asociada con casi un incremento de casi 15% en la demanda interna, en comparación con el primer trimestre de 2010, desató advertencias de riesgos de sobrecalentamiento. “La expansión de Chile está reacelerándose este año, manteniendo a la economía en el territorio del recalentamiento”, escribió en una nota Alfredo Coutiño de Moody’s Analytics.
De Gregorio no está de acuerdo: “Decir que la economía se está sobrecalentando es una exageración. Nuestra economía está creciendo cerca del potencial, quizás algo por encima o por debajo, pero no mucho sobre el potencial. No hay causas para alarmarse”.
No obstante, señaló, “no podemos descartar” una revisión al alza de la proyección del PIB en 2011 cuando el banco entregue su próximo informe trimestral de política monetaria el 20 de junio.
Chile, la mayor nación productora de cobre del mundo, ha visto su divisa peso apreciarse en línea con los precios más altos del metal rojo, y su inflación acelerarse bruscamente, reflejando sobre todo los precios de alimentos y combustibles importados.
El banco ha combatido la inflación con alzas de tasas y un programa de intervención cambiario de
US$ 12.000 millones, revelado en enero, que De Gregorio defendió, pese a que el peso volvió hace poco al nivel que gatilló el plan de intervención.
“Es probable que el ritmo (de incrementos) se reduzca, pero aún así las tasas de interés aumentarán”, advirtió De Gregorio. El banco central se ha comprometido a retirar gradualmente el estímulo monetario, pero todavía está combatiendo la inflación que él describe como un “gran riesgo”.
El banco central apunta a una inflación de 3%, más o menos un punto, en el plazo de dos años -el actual horizonte de política es hasta marzo de 2013. La inflación fue 3,2% en abril, año sobre año, y el banco mismo está pronosticando 4,3% para 2011.
“Algunos meses puede pasar el 4% a raíz de condiciones internacionales, pero la mayor parte del tiempo, la inflación estará dentro del rango... y convergerá a 3% para el primer trimestre de 2013”, agregó. Pero las desviaciones del objetivo, señaló, han sido “muy moderadas dado el tamaño del impacto”.
De Gregorio defendió el programa de intervención, diciendo que sin éste, el peso probablemente sería de 3% a 5% más fuerte. Los analistas se han cuestionado si el banco acelerará sus compras diarias de US$ 50 millones. “Muy probablemente seguiremos y completaremos el programa, pero por supuesto puede haber condiciones que cambien”, dijo. “El mundo aún es un lugar muy frágil, con mucho riesgo”.