Una recesión en la eurozona parece casi inevitable antes de fin de año, incluso si no se intensifica la crisis de deuda de la región.
Una fuerte caída del índice alemán de producción industrial en septiembre fue la última evidencia de que el crecimiento se desacelera en la principal economía europea. La producción cayó 2,7% en relación al mes previo.
“Ha habido un debilitamiento general”, dijo Dirk Schumacher, economista de Goldman Sachs en Frankfurt. “Un agravamiento de la situación depende de cómo se desarrolla la crisis de deuda y los bancos”, acotó.
El papel de Alemania como locomotora industrial europea significa que su desaceleración tiene preocupantes implicaciones para la eurozona. La semana pasada, Mario Draghi, nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), sorprendió a los analistas al hablar abiertamente de una “suave recesión” antes de fines de 2011.
Otros países experimentan una situación mucho peor que Alemania, especialmente Italia, por lo cual la sinceridad de Draghi simplemente podría reflejar una incómoda verdad: la escalada de la crisis de deuda de la región ha dado inicio a un amargo invierno. “Es demasiado tarde para evitar que la economía real se vea afectada por lo ocurrido”, declaró Gilles Moec, economista de Deutsche Bank.
El riesgo ahora es que las dudas sobre las finanzas públicas y los futuros gobiernos de Grecia e Italia vuelven la “suave” recesión en algo mucho peor. “La persistente incertidumbre es veneno para el crecimiento económico”, advirtió Ulrike Rondorf, economista de Commerzbank.
Algunas de las peores advertencia provienen de los índices de compras de los ejecutivos de la región, considerados datos confiables sobre la actividad económica. En octubre, el principal índice que cubre servicios y manufacturas cedió a 46,5 de 49,1 en septiembre, la peor caída desde noviembre 2008. Una cifra inferior a 50 representa una contracción de la actividad, lo que coincide con la baja del PIB de la eurozona en un 0,5% trimestral, según Markit, que produce el sondeo.
Hubo grandes diferencias al interior de la eurozona. Los índices de compra de Alemania siguieron relativamente buenos, lo que sugiere que el crecimiento de su economía simplemente se estancó. Sin embargo, la caída de Italia fue peor, en coincidencia con una contracción de al menos 1% trimestral.
El PIB de la eurozona se contraerá 0,4% tanto en el cuarto trimestre de este año como en el primero del próximo, según Now-casting, una compañía que produce previsiones generadas por computador basados en datos económicos publicados.
Sin embargo, el ritmo de la caída podría acelerarse rápidamente en caso de un “escenario de desastre”. El impacto en la eurozona de un default griego y la salida de Grecia del bloque, o incluso una continua parálisis en Italia, es difícil de calcular, aunque la mayoría de los economistas esperan algo comparable al shock al estilo Lehman.