Hace cinco años, el enfrentamiento entre el grupo NYSE y la Bolsa Alemana (Deutsche Boerse) por el control de Euronext y el intento de Nasdaq de comprar la Bolsa de Valores de Londres (LSE, su sigla en inglés) parecía ser el final del juego.
Ahora sabemos que no es así: ayer, la LSE anunció que busca fusionarse con TMX, el operador de la Bolsa de Valores de Toronto. La revelación posterior de que Deutsche Boerse y NYSE Euronext estaban en conversaciones avanzadas para formar una compañía conjunta sobrepasó la noticia anterior.
En la primera ocasión, las valoraciones de mercado eran más bien irrisorias y se sustentaban en historias de crecimiento exageradas. Los políticos hablaban de las bolsas como de un asunto de importancia nacional. El índice Dow Jones Global Exchanges está aún 46% por debajo de su punto máximo. El nuevo juego toma en cuenta cuán diferente es la realidad actual para las bolsas de valores. Las fusiones que ahora se producirían se realizarán entre iguales que quieren reducir costos. Los inversionistas parecen estar de acuerdo, a juzgar por el alza de 16% de las acciones de NYSE Euronext después del anuncio y la buena recepción que ha tenido el trato LSE-TMX.
¿Qué ha cambiado? Las valoraciones en el primer “fin de juego” eran reflejo de la burbuja crediticia, por cierto, pero también de perspectivas irreales para el sector que disfrutaba en ese momento de un cambio único al alza tras moverse desde un modelo de mutual a uno con fines de lucro. Los sistemas alternativos de transacciones están acaparando el mercado, haciendo que las acciones (el negocio de más alto perfil en las bolsas de valores) sean virtualmente irrelevantes. La tecnología asegura que las bolsas de acciones ya no sean monopolios naturales, por lo que la mejor aproximación para un mercado ya existente es reforzarse y enfocarse en los derivados, especialmente los futuros, donde los costos de entrada siguen siendo prohibitivos.
¿A dónde se podría mover después? Los inversionistas deben asegurarse que los números de NYSE- Deutsche Boerse realmente hagan la suma, además de enfrentar el escrutinio antimonopolio de Estados Unidos y la Unión Europea. Pero luego de ello los políticos deberían dejar de lado este negocio. Las bolsas de valores no son compañías de valor estratégico para los países.