Por Celine Sun en Beijing
El Banco Popular de China dice que la inflación es aún muy alta a pesar de una pequeña caída en el índice de los precios al consumidor (IPC) el mes pasado, y enfriar los precios seguirá siendo su prioridad principal.
En un comunicado publicado ayer en su sitio, el emisor reafirmó la confianza de Beijing en una política monetaria ajustada, incluso si las sombrías perspectivas de la recuperación mundial amenazan afectar las exportaciones.
“Algunos de los factores que hacen subir los precios en nuestro país han estado hasta cierto punto bajo control, pero los fundamentos no se han eliminado y la inflación aún está en un nivel muy alto”, asegura el comunicado. “Estabilizar los niveles de precios aún sigue siendo la prioridad central de nuestros controles macro”.
La inflación en China disminuyó el mes pasado desde un máximo de tres años con el IPC moderándose a 6,2% de 6,5% en julio, según la Oficina Nacional de Estadísticas. Las exportaciones registraron un crecimiento mayor al esperado de 24,5% anual el mes pasado, mientras la demanda interna permaneció en alza y condujo las importaciones a un máximo récord.
El banco central ha aumentado los requerimientos de reservas bancarias nueve veces y ha subido la tasa de interés cinco veces desde octubre para frenar el recalentado mercado de propiedades y poner la inflación bajo control.
“Necesitamos apegarnos a una política monetaria prudente y mantener un crecimiento apropiado del dinero y del crédito”, dijo el banco.
Pero algunos economistas creen que Beijing tendrá que relajar su política monetaria tarde o temprano porque la crisis de deuda soberana en Europa y una posible recesión en EEUU eventualmente frenarán la demanda externa por exportaciones chinas.
“Esperamos un relajamiento ‘selectivo’ o ‘dirigido’ en los próximos meses, aunque no un cambio en el curso de la política en el cercano plazo”, aseguró Jian Chang, economista de Hong Kong en Barclays Capital.