Por Najmeh Bozorgmehr en Teherán
Los analistas han advertido que el éxito de las fuerzas extremistas en las próximas elecciones parlamentarias en Irán podría avivar la tensión sobre su programa nuclear entre el régimen islámico y los poderes de occidente, advierten los analistas.
La aparición de un grupo de línea más radical en el período previo a la votación amenaza con complicar una elección que ya es tensa. Los votantes iraníes irán a las urnas el 2 de marzo para elegir a sus candidatos, por los 290 escaños del parlamento. La elección es una de las más sensibles desde 1979, porque sería la última expresión de una pugna de poder entre Ayyatollah Ali Khamenei, el líder supremo, y el presidente Mahmoud Ahmadi-Nejad.
El Parlamento no tiene casi influencia en la política exterior ni el expediente nuclear. Pero cualquier facción política que triunfe es más probable que gane mayor influencia sobre el líder supremo, quien tiene la última palabra en los asuntos de Estado, incluyendo los nucleares. En este contexto, el alineamiento de las fuerzas más radicales bajo la Estabilidad de la Revolución Islámica ha suscitado preocupación.
La votación también viene en un momento en que EEUU y la Unión Europea impusieron sanciones financieras y petroleras sobre el régimen islámico, en medio de temores de un posible ataque israelí y por una creciente preocupación del programa nuclear del país. Crecen los temores de que la línea extremista favorezca un enfrentamiento militar, lo cual creen podría aumentar su poder local y en la región.
El Frente de Estabilidad se compone por ex ministros, algunos parlamentarios y zelotes religiosos. Ayatollah Mohammad Taqi Mesbah-Yazdi, un movimiento clerical radical, se informó que era la figura religiosa detrás de él. Si el partido, el cual es el extremo de los fundamentalistas, gana muchos escaños, ellos presionarán por políticas exteriores más radicales, dijo Hamid-Reza Taraghi, un político de la línea dura más cercano a los sectores moderados. Así, estima que el Frente de la Estabilidad lo hará relativamente bien.
Este partido apoya al líder supremo, pero algunos miembros que alguna vez sirvieron en la administración de Ahmadi-Nejad han discutido que el presidente ha suavizado su enfoque hacia Occidente.
No está claro si sus candidatos, al ganar, elegirán formar una coalición con los partidarios de Ahmadi-Najad. El actual parlamento está dominado por los oponentes del presidente, muchos de los cuales se presentarán en las próximas elecciones como el Frente Fundamentalista Unido, una especie de grupo de soporte para los partidarios de líderes supremos que es visto como menos radical que el Frente de Estabilidad.
Si el Frente de Estabilidad gana, los analistas temen la influencia que tendrá sobre la política y se preocupan sobre cuáles serían sus tácticas. Se cree que sus partidarios han presionado por recortes en los precios del petróleo para todos los estados de EEUU para prevenir el embargo de crudo del bloque occidental contra Irán, que será efectivo desde el primero de julio. Hasta ahora, Irán ha hecho un simbólico corte a los escasos suministros de Reino Unido y Francia. Los radicales saquearon la embajada británica en diciembre pasado, como protesta, por las sanciones por el programa nuclear.